El Teléfono de la Esperanza abre una línea para prevenir el suicidio

"Rompe el silencio" es el lema de la campaña para concienciar sobre la prevención de la primera causa de muerte externa en España.

'Rompe el silencio" es el lema para animar a quienes se sienten perseguidos por el fantasma del suicidio a que compartan su dolor.
El Teléfono de la Esperanza abre una línea para prevenir el suicidio
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El Teléfono de la Esperanza inaugura una línea de móvil (717 003 717) para ayudar en la prevención del suicidio, primera causa de muerte externa en España. La organización ha lanzado esta iniciativa con motivo de la celebración, el 10 de septiembre, del Día Internacional de la Prevención del Suicidio.

'Rompe el silencio" es el lema elegido para animar a quienes se sienten perseguidos por el fantasma del suicidio a que compartan su dolor, según informan desde el Teléfono de la Esperanza.

A finales de febrero de 2017, el Instituto Nacional de Estadística publicó las cifras sobre las causas de fallecimientos en España en 2015. El suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa, con 3.602 fallecimientos, 2680 hombres y 922 mujeres. Por detrás se situaron las caídas accidentales (2.783 muertes) y el ahogamiento, sumersión y sofocación accidentales (2.672 muertes). Por accidente de tráfico fallecieron 1.880 personas y por violencia de género 57 mujeres.

El Teléfono de la Esperanza de Aragón (976 232828), ha atendido durante el primer semestre del año 2.707 llamadas de personas que atraviesan diversas situaciones de crisis. De ellas, 40 han sido personas con problemática suicida. Con motivo del día  de la prevención del suicidio, se celebrará en Zaragoza una charla coloquio el día 12 de septiembre a las 19.00 en el Centro Cívico Universidad, en la calle Violante de Hungría, 4.

El Teléfono de la Esperanza considera necesario trasladar a la sociedad española algunas reflexiones con motivo del Día internacional de la Prevención del Suicidio:

• "El suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa superando ampliamente a los fallecimiento por accidentes de tráfico o violencia de género .

• Estamos sorprendidos de la escasa repercusión mediática de las muertes por suicidio. Mientras que las víctimas de los accidentes de tráfico o de la violencia de género tienen una amplia cobertura mediática y se emplean cuantiosos medios para su prevención y erradicación, el suicidio sigue siendo el gran olvidado. Esto a pesar de duplicar a las del tráfico y multiplicar por 60 a las de la violencia machista.

La OMS aconseja, desde el 2002, que se dé visibilidad al suicidio con normalidad, por tanto, piden a los periodistas "alejarse de las leyendas urbanas que tanto daño hacen. Y nos referimos a esa leyenda que dice que hablar del suicidio produce un efecto contagio". Hablar adecuadamente del suicidio ayuda a prevenirlo.

• No entendemos el retraso con el que se publican estas estadísticas y la falta de un análisis en profundidad de las mismas. Sobre todo cuando comparamos este trabajo con el que se nos ofrece de las cifras macroeconómicas o el seguimiento de las víctimas de tráfico o de la violencia. Esto tiene su importancia dado que la baja disponibilidad y calidad de los datos disponibles mediatiza la posibilidad de establecer políticas adecuadas de prevención.

• Estamos convencidos, y en esto coincidimos con muchos otros profesionales, que muchos suicidios consumados son contabilizados como muertes naturales o por accidente. Las razones son múltiples, pero sin duda el tabú y el ostracismo que rodea a estos fallecimientos tiene mucho que ver.

• La experiencia acumulada por nuestra ONG en 45 años de historia nos ha enseñado que el suicidio es una de la formas de morir más trágicas y dolorosas. El suicida muere solo y el grado de sufrimiento que tiene que soportar antes de terminar con su vida es difícilmente comprensible para quienes no hemos vivido esa experiencia. Hemos aprendido que a ese sufrimiento personal hay que añadir las severas secuelas emocionales que provoca en su entorno socio-familiar y que, en muchos casos, acompañan de por vida a los afectados. La experiencia nos permite afirmar con rotundidad que la conducta suicida se puede prevenir".

El Teléfono de la Esperanza considera necesario un Plan Nacional de Prevención del Suicidio que genere un marco para la creación de planes autonómicos y dotación presupuestaria para su puesta en marcha y ejecución. También reclama la mejora de la atención primaria de salud, en referencia a la detección de personas en riesgo. Asimismo, solicita el incremento de la calidad de los servicios de salud mental, "hoy colapsados y con escasos recursos humanos y económicos", además de que se implementen campañas que aminoren el estigma social que acompaña al enfermedad mental.

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