El falso debate de los antivacunas

El 98% de los niños en España cumplen con el sistema de prevención de enfermedades. Los médicos reclaman incrementar la información para evitar la vuelta de patologías prevenibles como el sarampión o la difteria.

Una enfermera pone una inyección a un paciente.
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Mariano Castejón

"El 98% de los niños en España están a la orden del día en materia de prevención de enfermedades". Así lo asegura Ángel Gil, catedrático de Medicina y Salud Pública en la Universidad Rey Juan Carlos, y expresidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV). Un dato que coloca al país muy por encima de la media europea, en tendencia decreciente durante los últimos años y que ha llevado a Italia y Francia a decretar obligatorias las vacunas infantiles durante este año.

"Las vacunas funcionan y son necesarias, sobre todo en verano", mantiene Gil. En estas fechas se calcula que en torno a 11 millones de españoles salen del país para irse de vacaciones, con lo que el riesgo de contagio aumenta. "Hay que prestar atención sobre todo al colectivo de inmigrantes, que representan a un 11% de la población y la mayoría viaja a su lugar de origen para ver a su familia", apunta el catedrático. Aunque tampoco hay que perder de vista a los extranjeros que visitan las costas españolas, cerca de 80 millones en 2017, según estima el sector hotelero. "Hay que aumentar los centros de vacunación e incrementar la información", añade.

Pese al alto porcentaje de cumplimiento del calendario vacunal en España, esa minoría restante supone un riesgo para el resto de la población al no terminar de erradicarse enfermedades prácticamente eliminadas. "Están apareciendo de nuevo patologías prevenibles en nuestro entorno, como la difteria y el sarampión", recuerda María José Álvarez Pasquín, médico de familia y directora de la web vacunas.org.

La primera de estas patologías acabó con la vida de un niño en Olot en 2015, que a punto de superar una leucemia fue contagiado de difteria por su hermano, no vacunado por decisión de sus padres. El sarampión ha causado en lo que va de año más de 30 muertes en Rumanía, algo "inadmisible" para la Organización Mundial de la Salud.

Una moda peligrosa

"El principal enemigo de las vacunas es su propio éxito", asegura Álvarez Pasquín. "Ya no conocemos las enfermedades", sostiene. Y pone unos ejemplos: solo ha visto dos o tres casos de sarampión a lo largo de su carrera y "ninguno de difteria". En el caso del niño de Olot fallecido a causa de esa enfermedad tardó en diagnosticarse "porque ni siquiera se esperaban que siguiera existiendo". También ocurre con los padres, que dejan de buscar las vacunas de aquellas patologías que no conocen, "cosa que sí hacen con la meningitis y la varicela".

La doctora en Salud Pública admite que, por desgracia, y pese a que en España no esté tan arraigado, "ser antivacunas está de moda". Una tendencia que alcanza incluso a la política. "Se usa -denuncia- como una herramienta para obtener votos, y está pasando tanto en Estados Unidos como en Francia". Los detractores de las vacunas están encontrando, en opinión de Álvarez Pasquín, un altavoz en internet: "El 78% de la población mundial busca información en la red. Pero, ¿cuál es fiable?". Para ella, hay que poner el foco en el papel de los medios de comunicación, que deben "manejar la información correcta antes de lanzar mensajes equívocos". Un asunto, el de periodismo y salud, que preocupa especialmente a la ONU, y para el que la doctora aboga por "una formación conjunta para los profesionales sanitarios y la prensa".

Los beneficios de las vacunas, sin embargo, van más allá de la propia persona que las recibe. "Tienen un beneficio directo, pero sobre todo indirecto", asegura Fernando Moraga, vicepresidente primero de la Asociación Española de Vacunología (AEV). El directo es la reducción de la mortalidad derivada de que hayan desaparecido muchas enfermedades, "aunque erradicada únicamente está la viruela".

El indirecto reside "en la población no vacunada, que puede no estarlo por contraindicación médica, por vivir en una situación marginal o por decisión propia", añade. Una opinión en línea con el editorial que publicó 'The Guardian' al respecto el pasado 7 de julio y que comparaba a los padres que no vacunan a sus hijos con aquellos que evaden impuestos: ambas son conductas que perjudican a la sociedad.

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