Ya sea por su color rojo intenso, su divertida forma o su intenso sabor, las cerezas son un capricho del verano que puede disfrutarse en cualquier momento.Bien al natural o bien integrada en deliciosas recetas como un gazpacho, una ensalada o  incluso un brownie, los múltiples beneficios que se recogen a continuación la convierten en la superfruta del verano.

Para combatir el sueño. Esta fruta es fuente de melatonina, triptófano y serotonina, compuestos que contribuyen a la sensación de relajación y mejoran los ciclos de sueño y vigilia. Para cuidar la línea. Todos los que estén a dieta deben saber que las cerezas son un alimento ideal para picotear entre horas sin echar a perder la operación bikini, ya que un puñado de diez cerezas contiene entre 20 y 30 calorías. Para la hipertensión. Las cerezas son, junto con otras frutas como el plátano o los albaricoques, las frutas con más potasio. Este elemento, presente de manera natural en nuestro cuerpo, suele desaparecer si se toman fármacos relacionados con la hipertensión, por lo que consumir cerezas puede contribuir a evitar esa carencia. Para el envejecimiento. Como el resto de frutos rojos, las cerezas son fuente de antioxidantes y vitamina C, elementos que contrarresta el deterioro de las células y de la piel. Un efecto doblemente positivo en verano, ya que los rayos de sol contribuyen al envejecimiento de la piel. Para diabéticos y embarazadas. A todos los beneficios ya descritos, se añade que esta fruta es fuente de ácido fólico, vitamina fundamental durante el embarazo, puesto que ayudan a el desarrollo neuronal del feto. Además, y a pesar de la falsa creencia existente sobre este tipo de frutas, el nivel de azúcar de esta fruta es similar al de un kiwi o una naranja, por lo que los diabéticos pueden tomarla siempre que quieran, teniendo en cuenta eso sí, la cantidad.-Ir al suplemento de salud