El ajo es un ingrediente muy utilizado en la cocina, ya que su sabor es un complemento perfecto para numerosas recetas. Pero, además, sus propiedades medicinales hacen muy aconsejable su consumo diario, siendo conocidos sus beneficios desde hace miles de años por diversas civilizaciones, entre ellas la egipcia. A continuación se desgranan algunos beneficios de consumir este alimento.

Un antibiótico natural

Se considera que el ajo es un gran bactericida, por lo que es muy útil para ayudar a combatir ciertas infecciones causadas por hongos y bacterias y, sobre todo, para prevenirlas. Se ha usado comúnmente contra infecciones de los aparatos digestivo y urinario.

Ayuda a nuestras defensas

Gracias a sus propiedades antisépticas y su alto contenido en vitamina B6, el ajo ayuda al sistema inmune a combatir posibles infecciones y mejora su respuesta.

Mejora la circulación sanguínea

Los componentes del ajo lo convierten en un alimento vasodilatador, hipotensor y antioxidante, que ayuda a disminuir la tensión arterial, mejorar el flujo sanguíneo, reducir las posibilidades de formación de coágulos y reducir el nivel de colesterol malo.

Ayuda a prevenir varios tipos de cáncer

Según varios estudios publicados en la revista ‘Journal of Cancer Prevention’, la revista ‘Cancer Prevention Research’ y la revista ‘Cancer’, el consumo regular de ajo crudo reduce el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, tumores cerebrales o cáncer de próstata.

Un buen diurético

El ajo puede ser beneficioso para aquellas personas que sufran retención de líquidos o enfermedades como la gota o el reúma, ya que ayuda a eliminar agua y sodio a través de la orina.

Útil contra el resfriado

La tos causada por bacterias puede combatirse con ajo gracias a sus propiedades como expectorante. Además, sus compuestos sulfurosos lo convierten en un buen remedio para ayudar a frenar infecciones del aparato respiratorio, como bronquitis o faringitis.

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