El 42,5 % de las mujeres que se someten a una interrupción voluntaria de embarazo lo hacen por segunda o tercera vez, según un estudio realizado por la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC) presentado este martes en las XIX Jornadas de Médicos Residentes en Medicina Familiar y Comunitaria.

El estudio analiza cómo se aborda la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) desde la Atención Primaria y se llevó a cabo entre 2014 y 2015 en un ambulatorio urbano con una población asignada de 24.000 personas.

Según el estudio, un 32,2 % de las mujeres que optaron por la IVE no utilizaban métodos anticonceptivos y el 39,9 % tenían dos o más hijos.

El total de mujeres que solicitaron la Interrupción Voluntaria del Embarazo fueron 186, de las que se realizaron finalmente 160, y la forma más habitual de IVE fue la farmacológica, en un 73,1 % de los casos, y en la sexta semana de gestación.

La media de edad de las mujeres era de 27 años, y en su mayoría eran españolas (42,4 %), seguidas de las originarias de Sudamérica (33,6 %).

Según el estudio, el 42,5% de las mujeres que abortaron ya se habían sometido anteriormente a una interrupción voluntaria del embarazo, al menos un par de veces, y casi el 40% tenía dos o más hijos.

El estudio determinó asimismo el estado civil de 46 pacientes, y de estas un 73,9 % tenía pareja.

El 32,2% de las pacientes que se sometieron a una interrupción voluntaria del embarazo no utilizaban ningún método anticonceptivo, mientras que el 45,6% usaba preservativo masculino y un 25% anticonceptivos orales.

Un 51,6% recibieron consejo anticonceptivo el año previo a la IVE, mayoritariamente a través de los servicios de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (ASSIR), mientras que un 15,9% recibió el consejo directamente de su equipo de Atención Primaria.

La doctora Francesca Aulet, una de las autoras del estudio, ha destacado que "existe una alta prevalencia de IVE en la población española y nos ha sorprendido que un tercio de la población no utilice ninguna medida anticonceptiva".

Con los resultados del estudio, Aulet ha concluido que "es necesaria una mayor implicación de la Atención Primaria en el abordaje de la salud sexual y reproductiva".

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