La Unidad de Trastorno de la Conducta Alimentaria Prisma en el centro de Zaragoza ya es una realidad. Este jueves se inauguró el nuevo espacio en el Centro Terapéutico Prisma, ubicado en la calle César Augusto de Zaragoza. Estas instalaciones toman el relevo al servicio que se prestaba en San Juan de Mozarrifar desde el año 2010 con un equipo de psiquiatras y psicólogos expertos en el tratamiento de los trastornos alimentarios.

“La salud mental es algo en lo que hay que creer y en lo que hay que trabajar y que nos motiva a seguir generando recursos”, ha manifestado en su intervención la gerente del Hospital Prisma, Lola Pérez, quien ha estado acompañada por la directora médica del centro, Pilar Ferrández; la responsable de la Unidad de Trastorno de la Conducta Alimentaria (UTCA), Laura Andreu; y la presidenta de la Asociación Aragonesa para la Investigación Psíquica del Niño y del Adolescente (AAPIPNA), Elizabeth Palacios.

Tras más de una década de experiencia en el hospital de San Juan de Mozarrifar, en 2016 se abre una nueva sede en el centro de la capital aragonesa, donde ahora se ha inaugurado la nueva unidad y que cuenta además con servicios como el de hospitalización 24 horas, tratamiento ambulatorio y grupos externos,  ha ilustrado la directora médica.

Esta nueva ubicación, que cuenta con una capacidad para 30 personas, busca tanto mejorar la accesibilidad de las pacientes a este servicio de día como dar respuesta “al volumen más grande de pacientes con TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria) y con un rango de edad más amplio”, ha explicado la responsable del UTCA, Laura Andreu, quien ha apuntado que el número de pacientes en este recurso ha experimentado un incremento sostenido en torno al 35% por año.

“El recurso que ofrecemos va desde el ingreso de 24 horas para los pacientes que lo requieran hasta la consulta externa, siempre atendida por profesionales especializados”, ha expuesto. En una posición intermedia está el Hospital de Día, que es el recurso más utilizado.

“Este hospital de día parcial dividido entre la mañana y la tarde permite que el paciente se incorpore a sus obligaciones académicas o laborales cuando va mejorando”, ha ilustrado la especialista en trastornos alimentarios en referencia a este recurso, pensado para que los pacientes puedan finalizar el largo tratamiento, que requiere de media entre tres años y medio y cuatro.

“Nuestro objetivo final es que la detección de estos trastornos se produzca cuanto antes, que todos los pacientes tengan posibilidad de ser atendidos en una unidad especializada y, por supuesto, su calidad de vida”,  ha manifestado Andreu, que ha adelantado algunos de los proyectos en los que trabaja Hospital Prisma como el diseño de pisos terapéuticos, el programa de ejercicio físico dirigido o  los programas de prevención para una detección precoz.

Entre las líneas principales de trabajo del equipo de la UTCA se encuentra también la labor con las familias, con el objetivo de ayudarles a entender qué es la enfermedad y hacerles partícipes de todo el proceso que el paciente requiere.

Precisamente, entre los proyectos de colaboración entre Hospital Prisma y AAPIPNA se encuentra un grupo de padres y madres, ya que alrededor del paciente existe “todo un grupo humano que está sufriendo y necesita de estas intervenciones”, ha recordado la presidenta de la asociación. Trabajando de la mano con esta organización, la UTCA acoge igualmente un grupo de adolescentes que focaliza en la intervención grupal, ya que “es el hábitat normal de un adolescente, formar parte de un grupo”.

Por su parte, la gerente Lola Pérez ha mostrado su gran satisfacción por poder dar el pistoletazo de salida a esta unidad, “que lleva ya tiempo trabajando en el hospital pero que se traslada aquí con la idea de que pueda ser más accesible para los pacientes”.