España, a dieta de legumbres

El consumo de este grupo de alimentos cae un 75% en cinco décadas.

Las lentejas con chorizo y panceta se convierten en un plato magnífico
Lentejas para enero

La legumbre está de capa caída. En cinco décadas, su consumo ha descendido un 75%, pasando de los 40 gramos diarios de entonces a los 10 gramos actuales. Las alubias, los guisantes, las lentejas o los garbanzos han pasado de ocupar elegantemente cuatro platos semanales a solo uno. Diferentes organizaciones, como la Fundación Española de la Nutrición (FEN), están colaborando con gobiernos autonómicos para introducir en los menús escolares esta gama de productos y comenzar a enganchar a los más pequeños. Una medida que la Asociación de Legumbristas de España (ALE) considera escasa. Su presidente, Guillermo Pedro García Luengo, defendió la necesidad de crear una "plataforma para que se promueva su consumo".

"Las legumbres también son dieta mediterránea. Y ningún otro grupo de alimentos ha sufrido un descenso tan acusado como el de las leguminosas", recordó Gregorio Varela, catedrático de Nutrición y Bromatología y presidente de la FEN. Junto a la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) han elaborado el 'Informe sobre legumbres, nutrición y salud', donde se analiza este acusado descenso. Una caída mucho mayor que otros países mediterráneos como Italia o Grecia y que se reparte de forma desigual por las comunidades. Así, mientras el "abandono" es casi total en Andalucía -pasa de 29 gramos diarios por persona en 1980 a 8,6 en 2015- o Cantabria -de 48 a 15,5-. Hay otras que mantienen el tipo. Destaca Aragón, que solo baja tres puntos en 30 años -de 16,2 a 13,3-, o la Comunidad Valenciana -de 11,2 a 9,4-.

Una de las razones ha sido el abandono del puchero tradicional y la apertura hacia "otros platos más elaborados y transformados", la evolución de la sociedad hacia un almuerzo mucho más frugal o la aparición de otras opciones gastronómicas. En el reciente estudio Anibes se aprecia cómo los adultos mayores (entre 65 y 75 años) eran los que más legumbres consumían (15 gramos al día), seguidos de los adultos 13,4 gramos), de los adolescentes y de los niños (12 gramos).

El objetivo es cambiar la tendencia entre los jóvenes, bien con un plan similar al propuesto por el ALE o con otros proyectos. "El reto no es intentar llegar a los 40 gramos de hace hace cuatro décadas, sino a los 20 gramos", apunta el profesor Varela. "Supondría pasar a dos, tres o cuatro raciones de legumbres a la semana", apuntó el presidente de la FEN, que indicó que "lo que hay que hacer es no solo recuperar las recetas tradicionales, sino saber qué hacer con las legumbres rezagadas". Es decir, aplicar la cocina de aprovechamiento a las legumbres; transformarlas en ensaladas, cremas o hasta albóndigas. "Ganaríamos más fibra y no es un grupo al que se le puede acusar de fomentar el sobrepeso".

El profesor Varela insiste en que es "un mito" que las legumbres engorden. "No son las responsables del alto nivel calórico de los platos, sino los acompañamientos del plato, como pueden ser el chorizo o la morcilla, además del tamaño de la ración que se consuma", añade. Tienen un alto valor nutricional y son ricas en proteínas, vitaminas del complejo B y minerales (hierro, magnesio, zinc). La gran mayoría también posee alto contenido de fibra alimentaria. Otro mito es el hierro de las lentejas: lo tiene, pero el de origen animal es mucho mejor.

"Debemos incrementar el consumo de frutas, verduras, fibra y legumbres, de productos frescos, y dejar los productos procesados ricos en grasas, azúcares añadidos y sal para momentos ocasionales. Volver a la cocina tradicional, la de puchero, la de cuchara", señaló, por su parte, Teresa Robledo, directora ejecutiva de Aecosan.

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