La lucha contra la malaria avanza muy lentamente en los países más afectados

Una de las principales razones ha sido el estancamiento en la entrada de fondos para las acciones antimalaria en los últimos cinco años.

Mosquito malaria
Mosquito malaria

La lucha contra la malaria, uno de los mayores problemas de salud pública mundial, ha conseguido reducir en un 21% el número de casos y en un 29 % la mortalidad, pero los recursos para avanzar son insuficientes y el progreso resulta demasiado lento en los países más afectados.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó este martes su informe anual sobre la evolución de la malaria en el mundo, una enfermedad que sigue causando 429.000 muertes cada año, de las que un 70% corresponde a niños.


El 92% de los fallecimientos ocurre en la región del África subsahariana, donde se registran nueve de los 212 millones de casos que se registran anualmente en el mundo.


Las últimas investigaciones indican que todavía un 43 % de la población subsahariana no se protege con mosquiteras reforzadas con insecticida.


Tampoco utilizan insecticidas en aerosol en el interior de sus viviendas, los dos métodos más efectivos contra el mosquito que transmite la enfermedad.


En el resto de regiones del mundo donde esta enfermedad ha estado más presente -en las islas del Pacífico, en China, en el sudeste de Asia y en Latinoamérica-, la reducción de la incidencia ha sido significativa.


La OMS calcula que la disminución de los casos se situó entre un 37% y un 58% en el periodo 2010-2015.


Europa, que comprende 53 países de acuerdo a la división regional de la Organización Mundial de la Salud y que incluye Asia central, ha sido declarada libre de malaria, una certificación que podrían lograr antes del 2020 al menos otros diez países que presentan menos de 150 casos anuales.


Entre esos países figuran Costa Rica, El Salvador y China, según el autor principal del informe, Richard Cibulskis.


De acuerdo con los datos divulgados, menos de la mitad de los 91 países donde la malaria es endémica están en el buen camino para alcanzar el objetivo de reducir su carga de morbilidad en un 40 % para 2020, con respecto a la situación de 2015.


Ello se debe a que en ese conjunto de países los progresos han sido particularmente lentos en comparación con el resto del mundo.


Una de las principales razones ha sido el estancamiento en la entrada de fondos para las acciones antimalaria en los últimos cinco años.


Si bien la financiación se elevó a 2.900 millones de dólares en 2015, ésta sólo representó el 45% de lo requerido.


De estos fondos, los propios países afectados solo aportaron un 32%, mientras que el resto lo fue esencialmente aportado por Estados Unidos y el Reino Unido.


En vista del déficit financiero, la petición de fondos para este año del Programa de Malaria de la OMS se elevó a 3.800 millones.


Los cálculos de lo que se ha conseguido cubrir se efectuarán una vez que el año haya finalizado.


No obstante, se da ya por descontado que nuevamente habrá una brecha importante de financiación.


El director del Programa de Malaria de la OMS, Pedro Alonso, precisó que no sólo espera que aumenten los fondos internacionales, sino también los nacionales.

"Los países afectados deben reforzar sus propias inversiones en la lucha contra la malaria, deben apropiarse más de los programas y que esto se refleje en más recursos", declaró el especialista en una rueda de prensa. 


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