Mascarillas faciales caseras para lucir una piel sana este invierno

El frío es uno de los enemigos del cutis, por eso es importante tener en cuenta algunos remedios que ayudarán a evitar el cutis cortado y con rojeces.

El pepino y el limón son dos de los productos que no deben faltar a la hora de hacer una buena mascarilla casera.
El pepino y el limón son dos de los productos que no deben faltar a la hora de hacer una buena mascarilla casera.

Lucir una piel tersa, radiante y joven es algo que gusta a hombres y mujeres, pero conseguirlo no siempre es fácil, y más cuando las temperaturas bajan y la piel tiende a enrojecerse y secarse. No cabe duda alguna que lo primero que hay que hacer es hidratar cada mañana –o cada noche– correctamente el cutis, utilizando un producto que se amolde a cada uno para evitar perder elasticidad y firmeza.


Más allá de estos cuidados diarios, viene muy bien utilizar mascarillas hidratantes una vez a la semana o cada quince días para ayudar a nuestra piel a lucir más sana. Aunque muchos prefieren no hacerlo para evitar gasta dinero en productos cosméticos caros que no siempre van a tener el efecto deseado en el cutis (pues para dar con el que más gusta hay que ir probando), hay soluciones más económicas y 100% naturales: mascarillas caseras con productos de proximidad.  Mascarilla de miel, limón y yogur. Ingredientes de proximidad, baratos y fáciles de conseguir, que además ayudan a rejuvenecer el rostro, pues el yogur favorece la eliminación de las células muertas, el limón limpia y borra las manchas de la piel, y la miel da brillo. Para prepararla hay que mezclar el zumo de medio limón con medio yogur y cuatro cucharadas de miel, y remover hasta conseguir una pasta homogénea que se pueda extender sobre el rostro y el cuello, dejándola actuar durante 20 minutos y retirándola con un paño húmedo.NOTA: Si se quiere que además sea exfoliante, se puede añadir a la mezcla granos de avena y dar masajes circulares.

Mascarilla de aguacate y plátano. La mezcla de estos productos tropicales ayuda a hidratar la piel, favoreciendo la desaparición de las rojeces que surgen cuando bajan las temperaturas. Tan solo hay que mezclar estas dos frutas con una cucharada de miel y triturarlas hasta conseguir una pasta densa que se aplicará sobre el rostro durante unos 15 minutos. Al retirarla, el cutis lucirá brillante y suave.NOTA: El sobrante de esta mascarilla no puede guardarse debido a la oxidación de estas frutas. Lo ideal es prepararla para más de una persona o reducir a la mitad las cantidades.

Mascarilla de aceite de oliva. Este producto mediterráneo no solo es delicioso y saludable a la hora de cocinar, también es uno de los mejores remedios caseros para conseguir una piel más hidratada. Lo único que hay que hacer es mezclarlo con piel y calentar la mezcla unos segundos en el microondas para que se temple. Después se puede aplicar en el rostro mezclada con una cucharada de azúcar para conseguir, además un efecto exfoliante.NOTA: No calentar demasiado y probar siempre la mezcla en una mano para evitar quemarse la cara.

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