Las bebidas energéticas alteran el ritmo cardiaco y la presión arterial

Un estudio de la Universidad del Pacífico reitera que pueden ser malas para el corazón.

Las bebidas energéticas no aportan más energía de la que hay en los refrescos
Las bebidas energéticas no aportan más energía de la que hay en los refrescos
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Un ensayo clínico dirigido por investigadores del Centro Médico David Grant de la Universidad del Pacífico, en Perú, se suma a la evidencia de que las bebidas energéticas pueden ser malas para el corazón. Los resultados del estudio se presentan este miércoles en una reunión de la Asociación Americana del Corazón, que se celebra en Phoenix, Arizona, Estados Unidos.


"Nuestros hallazgos sugieren que ciertas bebidas energéticas pueden aumentar el riesgo de tener un ritmo cardiaco anormal cuando se consumen en grandes volúmenes", afirma el investigador principal, Sachin A Shah, profesor asociado de práctica farmacéutica en la Escuela Thomas J. Long de Farmacia y Ciencias de la Salud del Pacífico.


Phillip Oppenheimer, decano y profesor de práctica farmacéutica en la Universidad del Pacífico, subraya que los resultados son de especial preocupación entre los adultos jóvenes. "Las bebidas energéticas se consumen ampliamente dentro de la población universitaria, lo que extiende aún más la relevancia de este estudio", afirma Oppenheimer.


En el estudio participaron 27 voluntarios sanos entre 18 y 40 años. Los sujetos tomaron dos latas de una bebida energética, un volumen equivalente de una bebida que contiene 'panax ginseng' (un ingrediente de la bebida energética) o una bebida placebo una vez al día, cada seis días, durante tres semanas. Ni los voluntarios ni los investigadores sabían quién estaba recibiendo qué tipo de bebida hasta el final de las tres semanas.


Los investigadores midieron el ritmo cardiaco de los sujetos y la presión arterial antes del consumo de las bebidas y cuatro veces durante las seis horas inmediatamente después. Los voluntarios que consumieron la bebida energética experimentaron un aumento estadísticamente significativo en un marcador de riesgo de alteraciones del ritmo cardiaco conocido como el intervalo QTc, además de un ligero aumento de la presión arterial; efectos que persistieron durante dos horas después del consumo de la bebida energética.


Por el contrario, los del grupo de ginseng y de placebo no mostraron aumentos en el intervalo QTc ni la presión arterial. Shah destaca que algunos medicamentos contienen una advertencia cuando se ha demostrado que el medicamento prolonga el intervalo QTc en un grado similar al detectado en este estudio (6 milisegundos).


Las bebidas energéticas se han asociado con muertes súbitas. En junio de 2014, el Centro de Ciencia para Interés Público, un grupo de defensa de la salud del consumidor, había recogido informes de 34 muertes que pueden haber estado vinculadas con las bebidas energéticas.


Según Shah, se necesita más investigación para evaluar los efectos de las bebidas cardiacas en el ritmo cardiaco y la presión arterial, especialmente en aquellos con trastornos cardiacas subyacentes, como el síndrome de QT largo congénito y la hipertensión.


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