El niño de seis años afectado por la bacteria que causa difteria permanece ingresado en estado muy crítico, pero estable dentro de la gravedad. Cada hora que pasa corre a favor del niño, según explicó el director del Servicio Catalán de la Salud, Josep María Padrosa.

Como la enfermedad había desaparecido de España hace casi tres décadas no quedaban existencias de medicamentos contra ella en todo el país. Francia y Suecia contaban con algunos viales conservados, pero estaban caducados. Sanidad tuvo que recurrir a Rusia, un país donde la difteria aún es endémica, para recibir un tratamiento válido. Ya ha llegado suero en dos vuelos distintos para tratar al niño. Pese a que la difteria es una enfermedad infecciosa de origen bacteriano, el verdadero riesgo para la salud lo causa una toxina que segrega y que es necesario contrarrestar.

La administración catalana busca el foco de la infección en el entorno del pequeño. Desde el sábado, el día que la Consejería de Salud confirmó el caso de difteria, las autoridades sanitarias han hecho seguimiento a unas 150 personas que han estado en contacto de alguna manera con el menor, entre compañeros de colegio, familiares y el personal sanitario que le atendió antes de que se le diagnosticara difteria. «Se ha de ver qué ha pasado», dijo Padrosa.

Salud trata de cerrar la cadena de contagio, ya que existe la posibilidad de que alguien del entorno del menor sea portador de la bacteria pero no haya manifestado los síntomas de la enfermedad y haya contagiado al niño. Padrosa pidió un plazo máximo de 10 días para poder descartar que no hay más casos.