La falta de Tuberculina obliga a "racionalizar" las dosis existentes

Desde el Ministerio de Sanidad insisten en que se trata de un "problema europeo", mientras que la compañía que lo comercializa no aclara las causas del desabastecimiento.

La prueba de la Tuberculina es la técnica habitual en la detección de la tuberculosis.
La falta de Tuberculina obliga a "racionalizar" las dosis existentes

Desde principios del mes de abril, la prueba cutánea de la Tuberculina -indicada para el diagnóstico de la infección por tuberculosis- ha dejado de llegar a los ambulatorios y centros hospitalarios de toda España como consecuencia de "un retraso en la fabricación de este medicamento" que produce el laboratorio danés Statens Serum Institute.


Según informan desde la Agencia Española del Medicamento, el restablecimiento del suministro de Tuberculina por parte de UCB Pharma, la empresa que lo comercializa en España, estaba previsto para este mes de junio. Sin embargo, a día de hoy, siguen sin llegar nuevas dosis de este producto a los centros sanitarios, y ni los laboratorios ni el Ministerio aclaran hasta cuándo puede alargarse el problema de suministro.


Entre tanto, explican fuentes de la Consejería de Sanidad, "existe una racionalización de las existencias a nivel europeo y hay que contar con que existe un sustitutivo como es una prueba de sangre en el laboratorio".


La propia Agencia Española del Medicamento precisa que existen otros productos sanitarios que se comercializan para el diagnóstico de infección por tuberculosis: el Quantiferon, fabricado por Cellestis, y el T-Spot.tb, de Oxford Immunotec.


Sin embargo, fuentes del Colegio de Médicos de Zaragoza, explican que sustitutivos como el Interferon Gamma "solamente tienen dos o tres hospitales de referencia en investigación en España" y alertan del elevado coste de este en comparación con la Tuberculina. "Con lo que vale una prueba de estas se podría diagnosticar con Tuberculina a toda la población aragonesa", afirma el doctor y neumólogo zaragozano Antonio Caballero, quien achaca a razones económicas los retrasos en la producción de este fármaco. "La Tuberculina es muy barata y no es rentable fabricarla. Creemos que si hay problemas de desabastecimiento es porque no pueden obligar a los laboratorios a seguir haciéndola", valora este especialista.


Mientras se mantenga esta situación, desde el Ministerio instan a "optimizar el uso de las escasas unidades disponibles para que sea posible realizar el mayor número de pruebas diagnósticas". Algo que, según informa Caballero, ya se está realizando en los centros sanitarios de la Comunidad. "Tenemos orden de la Sociedad Española de Neumología (SEPAR) de localizar Tuberculinas y racionalizarlas, de manera que se intentan reunir todas aquellas existencias que hay y aprovechar al máximo el uso de cada frasco una vez abierto", concluye.