Aumentan los celíacos y la edad media de los pacientes: por encima de 40 años

Deja de ser considerada una enfermedad infantil. El 20% se diagnostica en adultos de más de 60 años.

El número de personas afectadas por enfermedad celíaca está creciendo en los últimos años de manera sustancial y, especialmente, aumentan los casos diagnosticados en adultos, de tal forma que la edad media se sitúa en la actualidad por encima de los 40 años.


De hecho, el 20 por ciento de los casos se diagnostica en adultos de más de 60 años, por lo que la celiaquía ha dejado de ser considerada una enfermedad infantil, ha señalado la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) con motivo del Día nacional del Celíaco, que se celebra el 27 de mayo.


Se estima que la prevalencia de esta enfermedad es muy alta, en torno al 1 por ciento de la población, lo que quiere decir que casi 1 de cada cien personas es celíaca, si bien algunos estudios señalan que un 75 por ciento de pacientes no están diagnosticados.


Los especialistas de esta sociedad científica consideran que la enfermedad celíaca es un trastorno mucho más común de lo que se suele pensar.


"Existen muchos casos sin identificar porque los pacientes no manifiestan síntomas o presentan síntomas no digestivos que hacen que el diagnóstico se retrase durante años y que el afectado visite numerosos médicos hasta llegar al especialista del aparato digestivo", explica el doctor Federico Argüelles Arias, especialista en patología digestiva.


En este sentido, los expertos suelen describir la enfermedad celíaca como un iceberg: el hielo exterior serían los casos diagnosticados porque presentan síntomas típicos, mientras que permanecen ocultos bajo el agua los casos más difíciles de detectar.


Gracias a un mayor conocimiento de la enfermedad y su sintomatología, en los últimos años está mejorando el diagnóstico, y los clínicos tienen en cuenta los síntomas no digestivos antes de descartar la enfermedad.


La mejora de la tecnología en las pruebas diagnósticas y un mayor conocimiento de los mecanismos desencadenados por el gluten, han permitido detectar otros trastornos relacionados con el consumo del esta proteína.