Donde nace la carretera

No sabe cómo acabó allí, aunque Eva prefiere pensar que su vida empezó en Obón.

Dos años antes recibió un whatsapp. “Llegaré tarde” decía, como la mayoría de los últimos que le había enviado.

“A la mierda el puto trabajo. Me han echado”, escribió. Pero no le dio a enviar, no podía ponerlo en aquel compromiso.

Necesitaba aire. Aquellas paredes le asfixiaban. Así que salió. Y fue entonces cuando todo se precipitó. Lo vio. Él solo tenía ojos para la mujer que ocupaba su lugar.

¡Cabrón!

Condujo absorta durante toda la noche, furiosa, deprimida, incrédula. Y al amanecer detuvo su coche en la carretera desierta. A la derecha, ruinas. Belchite. Su vida. Arrancó de nuevo y se abandonó por carreteras olvidadas.

- Perdone, ¿la gasolinera más cercana?

- Tiene usted que volver hasta Cortes. Y allí…

- ¿Volver? –le interrumpió.

- Bueno, hay quien dice que aquí muere la carretera, pero a mí me gusta pensar que aquí, en Obón, es donde nace.

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