Por encargo

- Pasen – dijo el doctor – Me alegro de que hayan tomado esta decisión. ¿Tienen claras sus preferencias?

- Sí. Lo queríamos rubio, de ojos azules.

- Mmm, eso ya no se lleva. ¿Se han fijado cuántos rubios con ojos azules hay?

- Entonces, ¿moreno de ojos negros?

- Estupendo. ¿Altura?

- 1,85.

- De un tiempo a esta parte todos son altos. Los bajitos caben en todas partes, son más versátiles.

- Pues, ¿1,65?

- ¡Gran elección!

- Que sea muy inteligente y médico.

- Uy, uy, uy… La inteligencia es un arma de doble filo: Van Gogh, sin oreja; Servet, en la hoguera. Los listos sufren mucho.

- Bueno, coeficiente medio. ¡Pero médico!

- ¿Médico? Ahora hay a patadas. Para estar valorado ha de ser barrendero. Futuro asegurado.

- Si usted lo dice.

- Resumiendo: moreno, ojos oscuros, más bien chaparrico, medio inteligente, barrendero y… ¿catalán? Cada vez hay menos.

- ¡Ah, no! Por ahí no pasamos. Nuestro chico será aragonés.

- ¿Aragonés? Si ahora todo el mundo pide ser aragonés.

- ¡Que no! Aragonés de pura cepa. ¡Y riau!

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