Memoria

¡Vuelvo a casa! Esta es la sensación que me acaricia el alma. Por fin veo los cielos de los que hablaba mi abuela. ¿Y este viento? Sí ,cierzo...¡ revuelve mi cabello ! Me encanta que despiertes mi rostro y mi memoria...


Veo a mi bisabuelo Jürgen llegando a esta ciudad, huyendo de una Europa incendiada por el odio. Adivino sus inmensos ojos azules y su pelo claro. Le imagino sonreír como nunca cuando pasea con mi bisabuela María, la chica de la calle del Cerezo. Pasean por la Plaza de España, del brazo y enamorados. Previamente han ido al Pilar, después a tomarse una gaseosa, María, y una cerveza bien malteada Jürgen .Mi abuela nacería la cabo de unos años: rubia como su padre, clara como el alba.


Pero España se quebró, y de nuevo el miedo a volver a oír el estruendo de las bombas sobre su cabeza, obligó a mi bisabuelo y su familia a salir huyendo en busca de la vida. Allí, de nuevo, en una Alemania feliz, ignorante en ese momento de heridas sangrantes que llegarían algo más tarde .


Hoy vuelvo a esta ciudad ,Zaragoza. La ciudad de mi bisabuela María. Yo también me llamo Jürgen y soy un Erasmus, un estudiante que ha elegido este destino . Vengo con la las ganas de vivir y la sonrisa de mi antepasado, con la esperanza que traía en su corazón, en definitiva...con la audacia del viajero emocional. Aquí empezó parte de mi historia, aquí me vuelve a traer el viento del norte: decidido a reconocer en cada esquina una huella, un beso, una sonrisa que complete mi alma alemana.

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