Te amo en nombre de Cirlot
Iba detrás de ti tras las tabernas del Tubo. Te decía desde lejos : Te conozco,/ eres aquella niña/ que jugaba con vidrios y violetas,/ mientras el horizonte enloquecido/ se ponía muy pálido. Te arrinconé junto a una barra y te dije : La noche está desnuda dulcemente. Y tú contestaste: Coño, también has leído a Cirlot.
Hablamos toda la noche por las calles del Tubo. Al final nos arrinconamos en una puerta de la Catedral y nos morreamos metafísicamente. Los versos de Cirlot entraban en nosotros de forma suave, sin que nos diéramos cuenta. Yo estaba muy borracho y tú estabas alucinada.
Te dije: Te amo en nombre de Cirlot Y tú me contestaste: Yo te quiero en nombre de Bronwyn. Era de noche y nos amábamos oblicuamente. Nos acercamos al Ebro y me acariciaste la cabeza con manos metafísicas. Te pregunté : ¿Crees que deberíamos tirarnos al río? Tú respondiste : Está demasiado contaminado.