Valor

Aquí estoy, como te prometí. Tal vez he tardado mucho, tal vez demasiado, pero confío en que me entiendas. Eras un reto demasiado difícil para mí, no podía arriesgarme a pelear por ti sin saber lo que me depararías. Cada vez que pensaba en ti me llenaba de orgullo, ¿sabes? Pero cada imagen tuya que se me aparecía me robaba las fuerzas. Cada vez que escuchaba tu nombre en los labios de alguien la envidia me comía por dentro. No hables, sé que no es culpa tuya. Tú has estado ahí para todos los que te han necesitado. Has ayudado a cientos, tal vez miles de personas a ser mejores, a superar sus límites y a ser libres.


Y mientras tanto yo, esperando que vinieras a verme, ¡qué egoísta! Pero me inspirado en ti y ahora estoy aquí. Puedo contemplarte en todo tu esplendor, admirar tu perfume y tu imponente figura. Porque al fin me he armado de valor y puedo gritarlo a los cuatro vientos.


¡He escalado el Aneto!