Cuento en Loarre
Vientos de recuerdo, polvo de nostalgia, reflejos de otra época
todo eso viene a mi memoria cada vez que subo la interminable cuesta viendo al final el castillo donde nos dimos el primer beso. Y es que Loarre marcó un inicio.
En su día rememoramos batallas medievales, jugando tú a ser la princesa y yo el caballero, imaginando un dragón que venía combativo y acababa siendo amigo.
En ese momento nos miramos y supimos que cabalgaríamos juntos hasta el final, blandiendo la espada de un amor de cuento bajo la bandera de una vida llena de bonitos recuerdos.
Esos vientos de recuerdo, ese polvo de nostalgia, esos reflejos de otra época
seguirán. Pero hoy Loarre marca un final. El de unas cenizas que sobrevolarán como lo hizo ese Dragón quedando siempre para mí presentes cada vez que venga a recordarte.