Secretos del Moncayo

La rítmica sonoridad de martillos y cinceles orquestada por los gnomos, que cortan y tallan minerales sobre una alfombra de helecho y musgo, despierta a las ninfas de los robles, pinos, hayas y enebros, que acicalan sus alas en el mismo manantial, Fonnueva, del que ha bebido agua el fantástico unicornio albino, antes y después de derrotar al último dragón oscuro sobre el que no para de revolotear la vistosa Reina Birabolas, impaciente por celebrar una fiesta nocturna donde el néctar floral mane sin mesura. Como buena anfitriona, obsequiará a sus invitados con los curiosos fósiles marinos descubiertos fortuitamente en las faldas del Moncayo, por su ejército de mariposas.


Y mientras tanto, en la capital, creyendo que la vida sucede al otro lado del bosque.


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