Tres veces aragonés

A lo largo de todas sus reencarnaciones, Mamadou Ngé había nacido aragonés en dos ocasiones y en ambas no pudo tener peor fortuna. En la primera, Mamadou emigró en 1232 a la fértil Mallorca, repoblada por nuestro rey Jaime con cien familias aragonesas tras una terrible epidemia de peste que asoló la isla. Su suerte se giró pronto ya que un desliz le envió a galeras donde pereció al poco tiempo.


En la segunda, vio la luz en 1788 en el barrio del Gancho y murió cuando un obús francés le halló escondido en el interior de la bodega que le servía de refugio en la sitiada Zaragoza. Antes de que encontraran su antiguo cuerpo, ya caminaba renacido en una humilde aldea de cultivadores de arroz en Vietnam.


Ahora, tras otra breve vida en el África profunda, esperaba ansioso en el limbo que su nuevo destino le permitiera al fin alcanzar el nirvana.


- Ha sido niña - exclamó alborozado el padre primerizo a su familia, reunida en la sala de espera de la Casa Grande.


- Le llamaremos Pilica.



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