Resultó francamente bien el viaje a Azerbaiyán. Formamos el grupo siete empresarios, el personal de la Cámara y una traductora. Tras la visita a la refinería, proyectamos imágenes de nuestra ciudad teniendo siempre al Ebro como eje. A mediodía nos agasajaron con una sucesión inacabable de platos, entre otros berenjenas rellenas de esturión, pavo en salsa picante y una oferta de dulces rezumando miel. Sirvió las jarras de cerveza una esplendorosa rubia que suscitó nuestro aplauso.

Al día siguiente, visita a la ciudad, bailes regionales y la cena que ofrecimos en una carpa a las autoridades. Juan Antonio, el de La Matilde, había preparado unos deliciosos bisaltos a la casera y magras de jamón con tomate. Para beber, Somontano reserva. El alcalde de Shuraabad nos felicitó calurosamente y dijo que le había gustado más que la del día anterior. A Uzeyir no pareció sentarle bien esta afirmación pues en la despedida nos dijo que el alcalde iba a ser cesado por cohecho, cosa que Helene desmintió rotundamente.