Latidos de agua

Visitó el nacimiento de lo que él llamaba su "aorta" en La Fuentona, una Virgen del Pilar lo presidía. Un mágico lugar para un acontecimiento no menos maravilloso.

Besó sus aguas e imaginó el recorrido de ese beso.

Acariciará las tierras burgalesas, alavesas, riojanas y navarras antes de llegar a las soberbias tierras aragonesas.


Se irá alimentando por el camino y disfrutará de las jotas de los cincovilleses que le cantará el Arba, de los hechizos del Sistema Ibérico con los que le embrujarán el Jalón y el Huerva, de la majestuosidad de las montañas y las nieves pirenaicas que le traerán el Gállego y el Cinca, le emocionarán los secretos de las Cuencas Mineras susurrados por el Martín, la inenarrable seducción del Maestrazgo compartida con él por el Guadalope y gozará de la infinita y misteriosa belleza de El Parrisal con la que le cautivará el Matarraña, antes de proseguir su camino hasta el fin del mundo.


Y entonces él quiso ser un beso…