A palo seco

Hay que ver cómo está el país. Y Zaragoza. Casa mía ni te cuento. La niña preguntando esto y aquello. Que si no me os parezco en nada. Que si eso que dicen en la tele de niños robados va conmigo. Nosotros allí, aguantando el chaparrón. Uno de muchos. Una factura mal dada se cruzó por medio para rematar. No deuda grande. La justa para o pagas o verás las consecuencias. Y cada uno callando el marrón, aguantando hasta donde puede. La niña se largó en busca de sus orígenes. Mi marido abrió los brazos y simuló el vuelo de las palomas. Yo fui a contárselo a la Pilarica pero ni caso. Ha pasado tiempo prudencial sin respuesta administrativa. Para mi tragedia no hay apoyo psicológico que valga. Dicen que no llegan los euros para semejantes caprichos. Que lo trague a palo seco y punto.


Haz clic aquí para leer los relatos del concurso de Heraldo 2014