La digestión durante el sueño

Después de una comida abundante, especialmente en los calurosos días de verano, comienza la fase de digestión en la que el cuerpo redirige el flujo sanguíneo hacia el aparato digestivo. Dormir más de 20 minutos no es aconsejable.

bocadillo
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Después de una comida abundante, especialmente en los calurosos días de verano, comienza la fase de digestión en la que el cuerpo redirige el flujo sanguíneo hacia el aparato digestivo.


Al llegar menos sangre al cerebro, el organismo se amodorra y se siente una necesidad de descansar. La práctica de la siesta deja en reposo el corazón y reduce las catecolaminas, unas sustancias que el cerebro manda a la sangre.


De esta forma, al dormir, disminuye la actividad cerebral, desciende la segregación de estas sustancias y se ralentizan tanto el ritmo cardiaco como la presión arterial.


Echar la siesta no significa tumbarse en la cama, ya que un sueño de unos 20 minutos recostado en un sofá puede ser suficiente para despejar la mente y relajarse.


No es recomendable que se prolongue más allá de media hora ni que se alcancen etapas de sueño profundo, porque se podría alterar de forma negativa el estado de ánimo y hacer que la persona sienta una sensación de aturdimiento al despertar.


También podría modificar el ritmo del organismo, dificultando el conciliar el sueño por la noche, un fenómeno que se da especialmente en personas mayores.


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