¿Cómo puedes saber que sufres SPI?

Dormir mal
Dormir mal

Los pacientes que sufren SPI tienen la necesidad irresistible de mover las piernas mientras duermen, situación que da nombre al trastorno. Este síntoma, que suele acompañarse de otras sensaciones más molestas, puede aparecer o empeorar durante períodos de inactividad. Por ejemplo, al permanecer sentado o acostado, en la cama, en el cine o durante viajes prolongados en coche o avión.


Las molestias se alivian o desaparecen al moverse, caminar o frotarse las piernas. Además, los síntomas suelen empeorar a últimas horas de la tarde o por la noche, lo que dificulta que los pacientes concilien el sueño.


En cambio, durante el día las molestias desaparecen o, si existen, se manifiestan con menor intensidad.

La evolución del síndrome de piernas inquietas suele ser progresiva y de carácter crónico, alterando el sueño de los que lo sufren. En aproximadamente un 20% de los casos, hay otras situaciones médicas que explican la aparición de síntomas del SPI, como por ejemplo: anemia, insuficiencia renal, polineuropatía, embarazo, fármacos, etc.


El síndrome de piernas inquietas precisa de un diagnóstico clínico al que se llega por consulta médica. También hay que tener en cuenta para el diagnóstico si el paciente tiene familiares con el mismo trastorno, pues existe cierta predisposición genética a sufrirlo.

También hay que considerar los antecedentes de respuesta a los fármacos dopaminérgicos (tratamiento empleado para la enfermedad) y, por supuesto, si se da la presencia de movimientos periódicos de las piernas durante el sueño y, a veces, también durante la vigilia.



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