Siete claves para compartir vía con ciclistas y evitar incidentes

Bicicletas, peatones, patinetes eléctricos, motos, coches, autobuses... El tráfico de una ciudad está formado por multitud de usuarios. Todos deben conocer las normas de circulación comunes para evitar incidentes. En los últimos años, los vehículos alternativos, como los patinetes y, sobre todo, las bicicletas - con gran auge gracias a la facilidad de su modalidad de alquiler- han ganado terreno y cada día son más las personas que se suman a las dos ruedas. Este aumento de ciclistas en zonas urbanas incrementa la posibilidad de sufrir incidentes con automóviles y, por ello, hay que extremar la precaución. Para una circulación segura tanto de coches como de ciclistas hay que aprender a convivir en armonía respetando una serie de normas y, por supuesto, las señales de tráfico.

Cuidado con los adelantamientos. La distancia mínima lateral para adelantar es de 1,5 metros. Tampoco hay que empezar a adelantar si se observa a un ciclista o un grupo en sentido contario. Los ciclistas deben extremar su precaución en calles con poco espacio.  Ojo con las zonas de descanso. El buen tiempo y los fines de semana son dos de los factores que empujan a los amantes de la bicicleta a lanzarse a la carretera. Por ello, en zonas de descanso, es importante prestar atención al entrar en ellas y buscar aparcamiento.  Las temidas rotondas. Para muchos conductores, comprender la correcta circulación en las rotondas resulta muy complicado. En el caso de encontrarse con un grupo de ciclistas, estos tendrán la preferencia, igual que si fueran un único vehículo.  Pitar no es la solución. Las señales acústicas deben hacerse a distancia, ya que pueden hacer perder el equilibrio al ciclista al asustarse.  Cuidado con la lluvia. Los días de lluvia son un caos en la circulación. En esta ocasión, para los ciclistas es recomendable que porten prendas reflectantes que permitan al resto de conductores verles a gran distancia.  Tener empatía. Los conductores de coches deben ser conscientes de que una bicicleta no tiene tanta potencia como un autocar, especialmente en cuestas y ascensos. Los espacios de seguridad y la paciencia (a pesar de que muchos conductores reconocen sufrir estrés al volante) son los grandes aliados en estas ocasiones para evitar colisiones por alcance y dejar tiempo a la reacción. Una bicicleta es un vehículo más. Los ciclistas tienen que tener siempre presente que son como un vehículo, por lo que deben circular por la calzada y respetar las mismas normas que los medios de transporte de motor. Si en algún momento hay que invadir una acera, hay que bajarse de la bicicleta. Ir al suplemento On the Road