Dime el color del humo de tu coche y te diré qué avería tiene

Para acudir al taller mecánico con idea de qué problema tiene el vehículo, se puede observar el tono del humo que expulsa el coche, pues su color es síntoma de su avería.

Si el humo es blanco y más grueso y denso de lo normal, puede estar quemándose el líquido refrigerante del motor que puede provocar averías muy costosas.
Si el humo es blanco y más grueso y denso de lo normal, puede estar quemándose el líquido refrigerante del motor que puede provocar averías muy costosas.
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Tener (y mantener) un coche supone un gasto mensual en gasolina y otros ocasionales en cuanto a reparaciones en el taller, impuestos de circulación, limpieza y acondicionamiento y otros factores. A pesar de ser uno de los gastos básicos de las familias, para los que necesitan más de 4.000 euros al año, son pocos los que se resisten a tener coche puesto que ofrece independencia y la posibilidad de acercarse durante la época estival a pozas, piscinas, ríos, embalses: 22 lugares con encanto donde bañarse en Aragón y a diferentes destinos durante el resto del año. Hasta el momento de la reparación, el coche es un gran aliado. El problema llega cuando toca pasar por el taller. Cruzar los dedos para que el gasto imprevisto sea menos de lo esperado es más que habitual. Si quieres acudir al taller con alguna idea sobre lo que le ocurre al vehículo, observa el tono del humo que expulsa, pues este será síntoma de su avería.

Humo azul. Si el tubo de escape muestra un color azul puede estar indicando que el motor está quemando demasiado aceite. Esto puede producirse cuando hay piezas desgastadas y también conlleve pérdida de aceite. Esta tonalidad también podría indicar un problema en el soplado del turbo. Reparar las piezas y vigilar el nivel de aceite son las dos soluciones.  Humo gris. Es la tonalidad más difícil de diagnosticar. Por un lado, puede indicar la quema excesiva de aceite o un turbocompresor defectuoso, casos que se solucionarán igual que con el humo azul. También indicaría un posible atasco del sistema de ventilación que puede generar fugas de aceite. Esta última avería no supone un elevado desembolso para su reparación.  Humo blanco. Solo hay que preocuparse si el hilo de humo blanco es más grueso y denso de lo normal. Aquí el  problema está en que se está quemando el líquido refrigerante del motor que, incluso, puede estar causado por una grieta en el bloque del motor. Es una de las averías más costosas. Es importante acercar al taller al primer síntoma de esta avería, pues ignorarlo podría pasar una factura aún mayor.  Humo negro. Es, sin lugar a dudas, una quema excesiva de combustible producida por deficiencias en el filtro de aire del motor, o en los reguladores de presión de combustible. Es la tonalidad más fácil de diagnosticar el problema pero hay que darle la importancia que se merece a la reparación. - Ir al suplemento On the road 

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