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El GLP es seguro ante choques e incendio

Un informe del Race revela que los vehículos propulsados por Gas Licuado de Petróleo (GLP) no provocan ningún riesgo sobre sus ocupantes ante una colisión por alcance o un incendio, incluso provocado bajo el depósito.

Los informes elaborados tras el test de incendio revelaron que el GLP no supone ningún peligro añadido.
El GLP es seguro ante choques e incendio
RACE

Para que un vehículo pueda consumir GLP es necesario acudir a un taller especializado, para instalar un equipo específico de almacenamiento y alimentación.Este consiste básicamente en un depósito (para gas en estado líquido, que es alimentado desde una boca de carga adicional, que está situada en la carrocería de vehículo), un evaporizador, una red de tuberías, un dispositivo de inyección y una unidad electrónica de control. Otra forma de tener un bifuel es adquiriéndolo directamente al fabricante. En estos no es preciso realizar transformación, porque viene de serie.


El depósito puede situarse en la zona de la rueda de repuesto. Son los denominados tóricos, con una capacidad de carga media de 57 litros, lo que permiten una autonomía aproximada de 540 kilómetros (consumo medio de 9 l/100 km y capacidad de llenado del depósito del 85%). La rueda de repuesto se sustituye por otra de emergencia o por un líquido sellante que permite circular hasta que el vehículo sea llevado a un taller para la reparación de la rueda pinchada. Estos depósitos están fabricados según las normas de Naciones Unidas que regulan el GLP.


Ante el aumento de los precios del petróleo, cada vez más conductores buscan alternativas a los carburantes tradicionales. El Race elaboró hace un tiempo un informe con el objetivo de analizar las características y la seguridad de los vehículos propulsados por GLP (gas licuado de petróleo), también conocido como Autogas (nombre que le da Repsol a este combustible). En este estudio se recopilan, analizan y publican datos para informar al consumidor sobre esta alternativa, un sistema que resulta particularmente atractivo para aquellas flotas de vehículos que recorren muchos kilómetros cada año o con baja eficacia en el consumo de carburante. Lo ha recuperado Zavoli, una empresa italiana que se está introduciendo en España. En Aragón, Cuéllar Concesionarios buscay forma al personal de los talleres que quieran transformar vehículos con el kit de GLP.


 Este combustible es la mezcla de hidrocarburos en los que el butano o el propano son dominantes. A temperatura y presión ambientales, es gas, pero en recipientes cerrados y temperatura ambiente está en fase líquida y ocupa un volumen 250 veces inferior, propiedad que se aprovecha para su almacenamiento.


Las estadísticas muestran que cada año aumenta su uso en todo el mundo, con un parque automovilístico de 12,5 millones de vehículos propulsados por GLP. En Europa, la cifra total asciende a 7 millones; y hay más de 31.000 estaciones de servicio disponibles para repostar. En España no va tan rápida su expansión.


Un hecho que ha limitado su uso aquí, a diferencia del desarrollo alcanzado en otros países, es que hasta el año 2000 no estaba permitida la homologación para uso general; y, hasta el año 2005, los elevados impuestos sobre el GLP hacían inviable su comercialización masiva.


Nuevo o transformado


Existen dos alternativas para disponer de un vehículo propulsado con GLP: comprarlo directamente al fabricante ya convertido (en el segmento de turismos y furgonetas existen fabricantes que comercializan modelos que lo utilizan) o incorporar un equipo a un vehículo de gasolina que ya esté en circulación (a través de una sencilla transformación por talleres autorizados). Y en este punto entran en juego empresas zaragozanas como la veterana Cuéllar Concesionarios.

Para demostrar que el GLP es seguro, tanto Cuéllar como Zavoli han rescatado un informe del Race. Este organismo, junto a otros clubes europeos, diseñó una prueba de accidente y de incendio para conocer el nivel de seguridad de los vehículos con GLP. El test de choque consistió en un impacto de un turismo a 60 km/h, con un 70% de superposición, colisionando contra otro vehículo estacionado y que disponía de un depósito de GLP. Así, se recreó un accidente tipo por colisión trasera. La prueba demostró que el depósito de este combustible no resultaba afectado por las cargas de choque. Tanto este como los soportes y el sistema de tubos de alimentación resistieron intactos la prueba.


Por otra parte, aunque el incendio de vehículos es una incidencia relativamente rara, sus efectos pueden ser devastadores. Para la prueba de incendio de un coche de GLP se colocaron debajo del vehículo bandejas llenas de gasolina que se incendiaron. La prueba reveló que, incluso si el fuego se producía directamente debajo del depósito de GLP, la válvula de alivio de presión se abría cuando las llamas habían envuelto al vehículo por completo. La llama resultante de la salida controlada de gas se dirigía hacia el suelo y no implicaba ningún riesgo para los pasajeros del vehículo ni para los posibles rescatadores del siniestro.


Así, el informe destaca que el sistema para GLP tiene un alto nivel de seguridad en caso de choque o, incluso, incendio. Una buena noticia, teniendo en cuenta que muchos posibles usuarios no se deciden por los temores a que este no sea tan seguro como la gasolina o el gasóleo.