Las cifras a nivel global aún son modestas, pero su crecimiento comienza a coger carrerilla. Los vehículos que proponen una alternativa a los clásicos gasolina y diésel han experimentado entre enero y abril una importante evolución en sus ventas dentro de una tendencia nacional de la que Aragón no ha escapado. En los cuatro primeros meses del año, en la Comunidad se matricularon 7.725 vehículos, de ellos 217 fueron híbridos y 27, eléctricos; la variación porcentual respecto al mismo periodo de 2015 es del 128,42% en los primeros y del 575% en los segundos. En abril del año pasado entre Zaragoza, Huesca y Teruel se adquirieron 27 híbridos y uno eléctrico, ahora han sido 61 y 16. En España, la variación, aunque menos llamativa, también es muy reseñable con un 59,6% y un 187,27%.

Parte de estos buenos resultados se atribuyen desde organizaciones como la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) a la apuesta de las empresas por los vehículos de propulsión eléctrica. Tal es así, que la partida asignada a las compañías privadas en el Plan Movea 2016, dedicado al impulso de los vehículos con energías alternativas, se encuentra agotada, lo que hace temer un parón en los próximos meses.

No obstante, el usuario particular también se está viendo atraído. Basta con observar las clasificaciones de los más vendidos. En Aragón Toyota y su filial de lujo Lexus copan las ventas de híbridos; tan solo un Peugeot 508 y un Mercedes C300 han roto la hegemonía japonesa en los cuatro primeros meses. El número de ventas del Auris llegó a 100, el del Yaris, a 34 y el del Prius, a 24.

Mientras, en los eléctricos la palma se la lleva el enchufable Mitsubishi Outlander (un SUV que ha sido renovado este año) con 11 unidades nuevas en la calle. Le sigue de lejos con tres el Nissan Leaf, que ha llegado a liderar las ventas totales en Noruega.

"A la hora de decidirse por un automóvil de este tipo por un lado hay que atender a su precio y a la capacidad de las baterías. Lo primero ha bajado a la vez que la autonomía es cada vez mayor. También es importante la infraestructura, sobre todo para la recarga, que todavía es escasa", explica José Sanz, director del Área de Integración de Energías Renovables del Centro de Recursos y Consumos Energéticos (CIRCE), integrado en la Universidad de Zaragoza. A este respecto apunta que el híbrido, que combina el motor de combustión con la propulsión eléctrica, "es una tecnología intermedia hacia la electrificación".

De hecho, las distancias entre las prestaciones de unos y otros son cada vez menores. Un eléctrico puro, como es el caso delLeaf, enmarcado en el segmento de los compactos, promete recorrer 250 kilómetros con una sola carga y alcanza una velocidad punta de 145 km/h. Un vehículo de gama alta, caso del Tesla Model S, homologa en su configuración básica 450 kilómetros de autonomía y es capaz de desarrollar 225 kilómetros por hora.

"Al margen de su contaminación, el petróleo tarde o temprano se acabará. Además, resulta una tecnología poco eficiente. De cada litro de gasolina solo se aprovecha un 15%. En los híbridos la mejora respecto a uno convencional, dentro de un uso urbano, se sitúa entre el 15% y el 20%. En los híbridos enchufables la eficiencia llega al 40% y en los eléctricos su eficacia es del 90%", desglosa Sanz.

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