Ciclismo

A España se le hace cuesta arriba la pista del velódromo

Los ciclistas españoles volvieron a quedar alejados de los primeros puestos en el velódromo olímpico de Londres 2012, donde el público británico vibró una vez más con los éxitos de los corredores locales.

Eloy Teruel
Eloy Teruel acusa el cansancio
EFE

Los ciclistas españoles volvieron a quedar alejados de los primeros puestos en el velódromo olímpico de Londres 2012, donde el público británico vibró una vez más con los éxitos de los corredores locales.


Hodei Mazquiarán no pudo superar la repesca de dieciseisavos de final de velocidad individual tras una accidentada mañana en la que el sillín de su bicicleta saltó por los aires a mitad de prueba y le obligó a repetir su primera participación de la jornada.


Tras el incidente, con las piernas ya fatigadas, el español saltó de nuevo a la pista para repetir la serie y marco un tiempo que no le permitió pasar de la decimosexta posición, 10.604 segundos, que le condenaban a batirse en dieciseisavos con el tercer mejor tiempo de la clasificación, Shane Perkins (9,987).


El australiano relegó al español a una repesca en la que, finalmente quedó apeado de los Juegos: "No ha podido ser. Pensaba que podía haber pasado hacia adelante un poco más fácil, pero no ha habido manera de remontar", explicó el español tras la prueba.Eloy Teruel

Tampoco estuvo entre los primeros lugares al final de la jornada su compatriota Eloy Teruel, integrante del cuarteto que ayer batió el récord de España en la prueba de velocidad por equipos.


Teruel compitió en las tres primeras pruebas del omnium, el decatlón del ciclismo en pista, y terminó en decimotercera posición, a falta de que se disputen otras tres disciplinas este domingo. El corredor de Murcia firmó su mejor actuación en una de las pruebas de mediofondo, la carrera de puntuación de treinta kilómetros, donde terminó en la tercera plaza tras un esfuerzo que le pasó factura en la última prueba de la jornada.


En la carrera de eliminación, Teruel fue el segundo corredor que quedó fuera, en la cuarta vuelta, solo por detrás del chileno Luis Mansilla. "Una pena, porque ya hemos dicho adiós a las posibilidades de medalla y ahora solo hay que esperar a que quede lo más arriba posible", indicó Juan Martínez Oliver, seleccionador nacional español.


Por el momento, parecen quedar lejos los tiempos en los que el ciclismo en pista español subía al podio en los Juegos Olímpicos, y cada día se presenta más lejana la posibilidad de reeditar los resultados que Joan Llaneras firmó en Pekín (un oro y una plata), en Atenas (plata) y en Sydney (oro).

Las medallas, hasta ahora, las están acaparando en Londres los ciclistas británicos, que se han adjudicado cuatro de los cinco oros que se han repartido hasta ahora en la pista olímpica. El último capítulo la historia de éxito que está escribiendo este verano el ciclismo del Reino Unido lo firmaron las corredoras del equipo de persecución, que se hicieron con el oro y dejaron atrás el récord del mundo en dos ocasiones consecutivas.


Tras la exhibición que dio ayer el trío local formado por Dani King, Laura Trott y Joanne Rowsell, la única incógnita de cara a esta tarde era el tiempo con el que se llevarían el oro.


Finalmente la marca fue de tres minutos, catorce segundos y 51 milésimas, casi dos segundos por debajo de la plusmarca en vigor al inicio de Londres 2012, un récord que han batido en tres ocasiones, las tres veces que han rodado sobre la pista del velódromo de Stratford.


El nuevo oro para el Reino Unido permitió continuar con la celebración en la que ya se habían convertido ayer las gradas con capacidad para 6.000 espectadores del recinto en el Parque Olímimpico de Stratford.


En esta ocasión, se unió como invitado de honor el exbeatle Paul McCartney, uno de los protagonistas extradeportivos de los Juegos, que se encargó de cerrar la ceremonia inaugural con el conocido "Hey Jude".


El tema compuesto por John Lennon y McCartney volvió a sonar hoy en el velódromo, tras el himno británico que marcó el final de la ceremonia de las medallas, y el músico británico se unió al resto de los espectadores en una ola para celebrar la nueva victoria británica.