Calamocha es una tierra de contrastes. La inmensidad de su valle se mezcla con escarpadas colinas que cabalgan unas tras otras dando forma plena a la cordillera Ibérica. Esta puerta de entrada al valle del Jiloca encuentra su identidad en una sucesión desordenada de montañas y ramblas, bosques y sotos, con algunas parameras singulares –como ocurre en el caso de la cuenca de Gallocanta– que rompen este frenético ritmo topográfico. Un maravilloso escenario para desarrollar diversas actividades de ocio y deportes vinculados a la naturaleza, con especial atención al senderismo y al ciclismo. Las andadas y los paseos en bicicleta permiten comulgar con el paisaje, creando unos vínculos diferentes en función de las estaciones. Un buen ejemplo de la cambiante relación afectiva entre el hombre y la naturaleza.

Los montes de Calamocha actúan de linde y cambio de vertiente entre la cuenca endorreica de Gallocanta y el valle del Jiloca, regulando los aportes hídricos de la laguna de Gallocanta. Es una de las paradas obligatorias de la zona. Su naturaleza puede fascinar con los graznidos de miles y miles de grullas entrando y saliendo de la laguna. Los mejores momentos para gozar de este espectáculo son al amanecer, cuando las grullas inician el vuelo, o cuando regresan al atardecer.

Además, merece la pena deambular tranquilamente por sus montes, ascender a San Esteban y Valdellosa, acercarse al cerro de Santa Bárbara, con una ermita popular, o continuar por las sierras cercanas de Tornos y Torralba de los Sisones.

Paseo fluvial

En el casco urbano de Calamocha se localiza el paseo fluvial. Una senda que incluye el parque municipal, el puente romano, el lavadero del Bosque y pozo Paco. Se trata de un soto autóctono en el que destacan diversas especies de chopos, sauces, nogales, olmos y fresnos, con un denso sotobosque de sauqueras, enredaderas y zarzales. Una zona de refugio de numerosas aves –autillo, gavilán o lavanderas– y diferentes tipos de mamíferos –nutria, visón o erizo–.

El apunte: Calamocha a tu gusto

Hablar de Calamocha es hacerlo de jamón. Toda la provincia turolense destaca por la calidad de su pernil, pero en este territorio adquiere un especial protagonismo. Las empresas que se dedican al secado de este producto ocupan gran parte del polígono agroalimentario de la localidad. Además cuenta con el museo del Jamón, toda una visita a la cultura local.

No dejes de ver...

Su gran variedad de rutas naturales. Calamocha es el destino perfecto para los amantes del senderismo y la naturaleza. Este territorio cuenta con multitud de senderos en los que sus visitantes podrán disfrutar de una jornada única. El famoso Camino del Cid atraviesa de norte a sur el municipio dentro de la Ruta de Las Tres Taifas. Una ruta ideal para los amantes del patrimonio histórico-cultural y el medioambiental, con numerosos puntos de interés, que puede realizarse andando, en bicicleta de montaña o a caballo. Además, para los apasionados de la geología destaca la Ruta de Los Tollos y de la falla de Calamocha. Un paraje perfecto para recorrer a pie en el que también se encuentra el pantano de Lechago y la partida de Entrambasaguas. Otra opción es el camino de El Pinar de Luco con bosques mixtos y pequeños campos de cerezos donde la topografía lo permite.Anota en el calendario

La Jamón-Bike es un prueba individual de aventura y resistencia en bicicleta de montaña. Se organiza todos los años con la llegada de la primavera, aprovechando las numerosas rutas de BTT y senderos de los montes de Calamocha. No existe una ruta fija, sino que cada año se marca un camino diferente. La prueba deportiva está incluida en el Open de España y Campeonato de Aragón y se divide en dos etapas independientes. También se puede participar solamente un día –una etapa– sin optar a premio ni clasificación.

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