Desde el pasado mes de junio es usted presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Técnicos Agrícolas de España. ¿Con qué objetivos llega a este organismo?

Quiero trabajar por la profesión y uno de los aspectos que más me interesa es mejorar la visibilidad de los ingenieros técnicos agrícolas. Y, por supuesto, intensificar nuestro papel que no es otro que el de contribuir, con técnicas y tecnologías, a hacer más llevadera la vida de los agricultores y ganaderos y aumentar la productividad y rentabilidad de sus explotaciones sin menoscabo del medio ambiente.¿A los ingenieros agrícolas les hubiera gustado una PAC distinta?

Sí, a esta PAC le ha faltado primar la productividad. La agricultura del desacople no tiene sentido ni futuro, y aunque se han dado algunos pasos, como por ejemplo con la figura del agricultor activo, hay que ir más allá. Hay que aprovechar además el llamado segundo pilar para realizar las necesarias mejoras estructurales y el rejuvenecimiento del sector. Si queremos un futuro con agricultura, en Aragón necesitamos imperiosamente que haya jóvenes en el campo.¿De qué depende esa renovación, de las ayudas, de la cultura o de dejar de asustar a los jóvenes con eso de que es imposible ser agricultor si no procedes del sector?

Bueno, yo soy uno de los que lanza ese mensaje de vez en cuando, pero es que la inversión inicial es muy importante ya que se necesita un determinado número de hectáreas para ganarse la vida. Sin ayudas, sin acceso a la tierra, los jóvenes lo tienen complicado y es prácticamente imposible dedicarse a esta profesión si eres alguien ajeno al sector.Así que si las administraciones no se lo empiezan a tomar en serio, ¿el sector tiene los días contados?

Si no hay relevo generacional, el campo desaparecerá, al menos tal como lo conocemos ahora.Los jóvenes que llegan al sector están muy sensibilizados con lo ecológico. ¿Es una cuestión cultural o una apuesta de negocio?

No es una respuesta fácil. Es cierto que todo lo que tiene que ver con el medio ambiente ha generado en los últimos años una mayor sensibilidad, hay una mayor cultura medioambiental, especialmente entre las generaciones más jóvenes. También ha habido un gran desarrollo de la nutrición sana y de la agricultura de proximidad. En ese contexto es en el que se incluye la atracción por la agricultura ecológica, que es muy interesante, pero hay que dejar claro que continuará siendo interesante tanto en cuanto sea un nicho de mercado, no una generalidad.Como ingeniero agrícola y ambientólogo, ¿se le dividía el corazón cuando se acusaba al sector primario de ser el gran maltratador del medio natural?

Es cierto que durante un tiempo el uso de los fertilizantes no estuvo tan controlado como ahora. Pero, desde que se extendieron las atrias (asociaciones de tratamientos integrales) a todos los cultivos y desde que las prohibiciones de Bruselas han reducido el número de materias activas autorizadas se ha contribuido a que todo se haga un poco mejor. Es cierto que la sociedad ha visto a los agricultores como deterioradores del medio ambiente, pero ahora lo que está haciendo el sector es preservar ese medio natural. Se han mejorado mucho las prácticas agrarias, la rotación de cultivos, la fertilización... Por eso, aunque siempre hay alguna excepción, estoy convencido de que en estos momentos agricultura y medio ambiente están destinados a llevarse bien.Ahora todo es muy sostenible, la economía, el desarrollo, la empresa, la agricultura... ¿Es un apellido y nada más o realmente se aplica la sostenibilidad?

Es cierto que se está utilizando para todo y que parece que nada que no sea sostenible vaya a poder tener visos de futuro. En agricultura, desde luego, hay una tendencia a ser cada vez más sostenibles porque se hace un uso más racional de los recursos, se está evitando la erosión, se está tratando de minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero... Pero además la agricultura va a tener que ser más sostenible porque así lo exigen las políticas agrarias. La PAC tiene ahora un claro componente medioambiental y el agricultor y ganadero que no realice ese esfuerzo verá aminorada su subvención, Así que en unos casos por vocación, en otros por necesidad, la agricultura va a ser cada vez más sostenible. Pero también hay una gran preocupación por parte de las grandes empresas porque son conscientes de que el medio ambiente vende. Lo vemos por ejemplo en los anuncios de coches, donde ahora se promocionan más lo medioambientales y sostenibles que son.Los ingenieros agrícolas y los agrónomos presentaron al Gobierno de Aragón una propuestas para impulsar la industria agroalimentaria de la comunidad. ¿En qué ha quedado la iniciativa?

Ahí está. Este sector está muy atomizado y aunque hay productos artesanales y diferenciados que terminan teniendo éxito, hay muchos ámbitos en los que se necesita tener dimensión, tanto para poder negociar con las cadenas de distribución, donde hay una gran concentración, como para exportar. Realmente una de las cuestiones que hay que solucionar es dimensionar las empresas para poder llegar a mercados con fluidez y soltura. Y para eso también hacen falta más ayudas del Estado.

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