Heraldo del Campo

La aparición de teosinte podría obligar a reconvertir buena parte de los cultivos de maíz

Algunos agricultores de maíz convencional achacan la aparición de esta planta invasora al “uso indiscriminado” de transgénicos.

Campo de maíz de la pasada temporada
La aparición de teosinte podría obligar a reconvertir buena parte de los cultivos de maíz
Javier Blasco

Desde hace poco más de un mes los agricultores de maíz de las comarcas del Cinca y los Monegros tienen un nuevo enemigo. La planta teosinte, una mala hierba emparentada con el maíz que además de mermar la producción es resistente a la gran mayoría de herbicidas conocidos. Su aparición, ya advertida en pequeños brotes en las últimas temporadas, ha tomado dimensiones “preocupantes” después de que las últimas semanas se detectara en más de 200 hectáreas, la mayoría en el entorno de Candasnos.



“Es una planta difícil de erradicar, ya que germina muy rápidamente a partir de cualquier pequeña raíz que quede en la tierra, comiéndose el terreno al maíz y que además es difícil de diferenciar dentro de los maizales hasta que es adulta”, explica el agricultor Juan José Mallén, presidente de la Asociación de Amigos de Maíz de Consumo Humano.



La proliferación del teosinte ha hecho saltar las alarmas entre los agricultores de maíz, uno de los cultivos más extendidos en Aragón, siendo líder de producción en España. Y es que, esta planta, ancestro del que surgió el maíz que hoy conoce todo el mundo y del que se siguen postulando tesis sobre cómo evolucionó hasta la actualidad, ha hecho estragos en aquellos puntos donde ha aparecido en los maizales. Uno de los últimos casos se dio en México, donde esta planta redujo la cosecha hasta en un 30%.



“Por el momento los brotes aparecidos en Aragón pueden ser controlables, pero el problema reside en que es una planta difícil de erradicar. De perpetuar, la única solución que quedaría sería sustituir unos cuatro o cinco años las plantaciones de maíz por otro cultivo hasta limpiar completamente el suelo”, describe Mallén.

Su origen aún es un misterio 

Desde su aparición tanto los afectados como los técnicos de la DGA han barajado varias hipótesis. La principal de ellas es que la aparición de la planta se haya producido debido al abonado con purín, ya que el teosinte podría haber estado en el granulado que se administra a los animales, que en ocasiones se importa del exterior. Otra teoría, mantenida por algunos productores de maíz para consumo humano -no transgénico- reside en la posible germinación o difusión de teosinte que se habría venido usando en los campos de ensayo de nuevas variedades de maíz modificado genéticamente. “Es sabido que se está investigando una hibridación del maíz con teosinte para que así la cosecha sea más resistente a la sequía”, señalan desde la Asociación de Amigos de Maíz de Consumo Humano, donde, no obstante, no afirman que esta práctica se haya llevado a cabo en Aragón. “Lo único que está claro es que ha llegado de fuera”, afirma Mallén.


En los últimos meses, el uso de maíz transgénico en los campos aragoneses -mayor productor de Europa con hasta el 40% de las hectáreas de la Unión Europea- ha vuelto a saltar a la palestra al ser denunciado por los grupos que creen que su cultivo, aunque solo sea para consumo animal, puede conllevar “graves riesgos” medioambientales. Así, la semana pasada el grupo ecologista Amigos de la Tierra reclamó al Gobierno de Aragón que declarara la Comunidad zona 'libre de transgénicos', una condición que ya han adoptado en la práctica la mayoría de los países de la UE a excepción de cinco estados.