Heraldo del Campo

Advierten del riesgo de proliferación del mejillón de cebra en Aragón

El mejillón cebra genera importantes problemas en los ecosistemas acuáticos donde habita.

La Oficina del Regante de la Sociedad Aragonesa de Gestión Agroambiental (SARGA) ha advertido del riesgo de proliferación del mejillón de cebra.


Tras los resultados obtenidos en los últimos muestreos de larvas en el embalse de Mequinenza , la Oficina ha informado de que es "el momento" de comenzar "los tratamientos preventivos" para evitar "la propagación" de esta especie invasora.


El mejillón cebra genera importantes problemas en los ecosistemas acuáticos donde habita, pero también perjudica a la actividad del ser humano, en concreto, de los grupos de regantes.


Este molusco se agrupa formando colonias que bloquean el paso del agua por las infraestructuras de riego. Para evitar este problema es fundamental la prevención, que pasa por aplicar, a su debido tiempo, los tratamientos más adecuados para cada caso.


La Oficina del Regante ha asegurado que es "el momento idóneo" para comenzar los tratamientos preventivos. Estas acciones tienen la finalidad de impedir que las larvas del mejillón cebra lleguen a colonizar las redes de riego.

Opciones 

Las opciones disponibles para evitar la proliferación son variadas, tanto por los productos químicos utilizados como por las formas de aplicación.


Por ello, el Gobierno de Aragón, a través de la Oficina del Regante de SARGA, ofrece a las comunidades de regantes un servicio de apoyo en la lucha contra el mejillón cebra.

Origen del mejillón

El mejillón cebra es un molusco procedente de los mares Caspio, Aral y Negro, catalogado como especie exótica invasora en España e incluido en la lista de las cien especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.


En la cuenca del Ebro apareció, en densidades significativas, por primera vez en los embalses de Flix (Cataluña) y Ribarroja (Cataluña y Aragón) en el verano de 2001.

Este molusco se adhiere a cualquier sustrato duro y se agrupa formando colonias de gran densidad. Si consiguen colonizar el interior de las infraestructuras de riego pueden llegar a colapsarlas y no dejar transitar el agua.


Expertos de la Universidad de Zaragoza y de la Confederación Hidrográfica del Ebro analizan regularmente la densidad de larvas de mejillón cebra que hay en el agua de los ríos de la cuenca o en las instalaciones de riego.


Esas larvas se desplazan en la corriente de agua y cuando alcanzan un tamaño determinado se adhieren a las superficies duras (rocas, tuberías y rejas).


A temperaturas inferiores a unos 15 grados, la reproducción de los adultos no es posible y, por tanto, no hay larvas en la columna de agua. Si embargo, al finalizar la primavera, las aguas de los grandes embalses del Ebro alcanzan esa temperatura, y la presencia de larvas en el agua comienza a confirmarse, iniciándose así el periodo de riesgo que suele durar hasta principios de invierno.