Rosalía: "El flamenco no es todo lo 'mainstream' que podría ser"

El miércoles presentó su nuevo disco, 'El mal querer', en un concierto gratuito en la calle, en la madrileña Plaza de Colón.

La cantante española Rosalía.
La cantante española Rosalía.
Efe

Nunca se atrevería a decir que su segundo disco, 'El mal querer', es jondo, pero lo es "al 60%", no solo porque acaricie la seguiriya, el tango o el fandango sino porque su garganta no puede evitarlo: "El flamenco no es todo lo 'mainstream' que podría ser", asegura Rosalía.

La artista tiene 25 años, una garganta flamenca que es un prodigio y una creatividad, intuición y arranque que con solo un disco en el mercado y dos sencillos del segundo, 'El mal querer'que sale el viernes, "lo ha petado" entre los modernos y en la industria, con cinco candidaturas a los Grammy latinos.

Melena de cantaora antigua, chandal del "muy moderno" Palomo Spain y unas uñas que son pura orfebrería, la barcelonesa Rosalía Villa (San Esteban de Sasroviras) llega con su nuevo disco llena de ilusión, avalada por los 34 millones de descargas de 'Malamente' o los 16 de 'Pienso en tu mirá' y por una reciente presentación en Londres que fue un rotundo éxito.

La artista, el punto loco en un arte tan codificado como el del jondo, un reino que no en vano se llama el de "los cabales", explica que el marco de su nuevo disco tiene, como en el primero -"Los Ángeles"-, el marco tradicional del flamenco pero este, revela, "es mucho más radical" porque hay "más experimentación" y "material inspirador".

"El flamenco, muchas veces por su complejidad, no es todo lo 'mainstream' que podría ser. Mi generación lo percibe y recibe de una forma muy fresca, que traspasa sus convenciones", explica la artista, que el miércoles presentó el disco en un concierto gratuito en la calle, en la madrileña Plaza de Colón.

Su nuevo disco respeta los palos y las melodías que ha elegido pero en la producción y en los arreglos, de los que se ha encargado el canario El Guincho -"el mejor productor de España"-, se ha echado al monte, sin que le tiemble el pulso, de lo nunca visto ni oído en el flamenco.

Las canciones llevan "atrezzo" digital y analógico y si habla de un cristal roto, como en 'Malamente', se oye como se hace pedazos, y si habla de un cuchillo, como en 'Que no salga la luna', incluye choque de metales.

Ella ha contribuido en varias de las letras e incluso algunas como la de 'A ningún hombre', en la que dice "yo era tuya compañero, hasta que fuiste carcelero", son totalmente suyas.

"Quería revisitar el flamenco pero nunca me atrevería a decir que este disco es flamenco. Es la posible puerta de entrada. Es un disco con mucho material inspirador, con muchas referencias conviviendo", recalca.

Ha querido para su disco una estructura "especial", basándose "en el hecho" de que en la actualidad la música se consume mayoritariamente de forma digital y por canciones sueltas.

"No quería una colección de canciones. Busqué un tema central que las conectara y ese tema es el amor oscuro, esa historia como de tragedia griega que se sabe lo que va a pasar. A partir de las letras se sugiere todo el arco narrativo de ese amor", detalla.

En este CD, que tenía ya terminado hace ocho meses aunque quiso desvelarlo poco a poco con los dos singles que ya ha estrenado, lo primero que tuvo fue el título, que le inspiró una novela, "Flamenca", del siglo XIII.

Su protagonista es un personaje "con fuerza y poderoso" y "la guía" de los "capítulos" de su disco: 'Malamente' es augurio; 'Que no salga la luna', la boda; 'Pienso en tu mirá', los celos; 'De aquí no sales', la disputa; 'Reniego', el lamento; 'Preso' -un tema en el que pone la voz Rossy de Palma-, la clausura; 'Bagdad', la liturgia; 'Di mi nombre', el éxtasis; 'Nana', la concepción; 'Maldición', la cordura, y 'A ningún hombre', el poder.

No se deja impresionar por sus candidaturas a los Grammy latinos o los millones de escuchas en Spotify, porque, argumenta, ella hace música "por necesidad" aunque sí es verdad, dice, que está "muy agradecida" por el reconocimiento.

"La música es un oficio como cualquier otro. Quiero dedicar mi vida a esto. Durante diez años es lo que he hecho y es lo que quiero hacer. A veces acertaré y otras acertaré menos. Solo con poder hacer música me siento satisfecha", asegura a la vez que guiña un ojo y revela que confía mucho en su intuición.

En ese camino uno de sus propósitos fundamentales es que la estructura de producción que ella está creando "sirva para las generaciones venideras" en España, "donde todavía hay mucho por hacer" para "normalizar" el acceso de la mujer a carreras como la suya.

"Siempre voy a reivindicar referentes femeninos fuertes como Bjork o Beyoncé, las que se mueven en un mundo, el de la música, que es aún masculino. No paro de tomar decisiones y no me arrepiento de ninguna", añade riéndose.

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