¿Cómo influye la pornografía en los jóvenes?

Los expertos advierten que este fenómeno es algo "irreal", que ofrece una "versión distorsionada" y abogan por fomentar una "educación sexual basada en valores".

Una chica mira sorprendida la pantalla de un ordenador.
Una chica mira sorprendida la pantalla de un ordenador.
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Cada vez con mayor celeridad, los jóvenes de todo el mundo se abren hueco en el poderoso mundo de internet. Un universo de dimensiones extraordinarias en el que actualmente podemos encontrar cualquier tipo de contenido. El auge de las nuevas tecnologías y, en algunos casos, la falta de control han favorecido que hoy en día accedamos libremente a páginas de cualquier temática, independientemente de que su material no sea el más apropiado para el usuario.

Por este motivo, en los últimos años se ha disparado el consumo de pornografía entre la población más joven. Un hecho que no solo puede suponer un incremento de las actitudes machistas, sino que también llega a ofrecer una visión "distorsionada" de la realidad. "Aunque en la adolescencia se tenga curiosidad por lo sexual, lo primordial es recibir una educación sexual basada en valores y no restringida a un solo modelo sexual", reflexiona la sexóloga Eva M.ª González.

La especialista, además, advierte que "basarse en los comportamientos sexuales observados en la pornografía puede conducir a la frustración" ya que están fundamentados en "expectativas irreales". Estas actitudes "dificultan la capacidad para imaginar y desarrollar fantasías mentalmente, necesitando la estimulación visual como única respuesta de excitación".

Problemas de erección o la pérdida del deseo sexual son algunos de los problemas que puede generar el consumo de pornografía entre los jóvenes. Un fenómeno que, según González, adopta un único patrón. "El hombre establece las prácticas sexuales y la mujer adopta una postura de sumisión. Al intentar aplicarlo en la pareja, puede producirse el rechazo de esta y la insatisfacción en el hombre que toma la pornografía como referente", asegura la psicóloga.

En cualquier caso, la pornografía nunca debe ser entendida como un elemento educativo, ya que "limita la vida sexual", "confunde con la realidad" y "desvirtúa las relaciones al no tener formado un esquema de sexualidad que permita añadir nuevos ingredientes a su erótica en vez de reducirlo a un modelo determinado", lamenta la sexóloga.

Por último, Eva M.ª González aboga por la restricción a determinadas páginas web para jóvenes. "No es lo mismo para un adulto que para un adolescente que no tiene un esquema sexual formado al acceder a este tipo de contenidos". Aunque matiza, "la prohibición no sirve, es necesaria una buena educación sexual y que el adolescente pueda establecer una comunicación con sus padres para hablar de la sexualidad real y virtual".

Al margen de esta realidad, en Aragón más del 50% de los aragoneses reconocen haber mantenido relaciones sexuales con un amigo.

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