Cinco cosas que ocurren en tu casa y que no sabías antes de vivir solo

Las leyes imperantes en casa de tus padres pierden validez en el nuevo universo que vas a habitar.

Los cactus pueden sobrevivir en el desierto, aunque existe la posibilidad de que no lo hagan en tu hogar.
Los cactus pueden sobrevivir en el desierto, aunque existe la posibilidad de que no lo hagan en tu hogar.

A pesar de que el camino no es fácil, cuenta la leyenda que algunos jóvenes consiguen llegar a la meta de la independencia antes de los 30. Dejar atrás el calor del hogar e iniciarse en la vida en solitario es un paso más en el proceso madurativo y, como todo cambio, requiere una adaptación.

Lo primero que has de saber, si formas parte de ese reducido grupo de 'privilegiados' millennials, es que las leyes imperantes en casa de tus padres pierden validez en el nuevo universo que vas a habitar. A partir de este punto, vas a descubrir algunas cosas fascinantes:

1. La nevera no se llena sola. Medio limón, un bote de mayonesa y una botella de coca-cola que ha perdido gas. Si este es el actual contenido de tu refrigerador, anímate a cruzar los límites conocidos del supermercado y visita los distintos pasillos del mismo. En sus estantes podrás encontrar los básicos para una alimentación equilibrada.

2. Las pelusas pueden alcanzar el tamaño de animales de compañía. El polvo acumulado en los muebles y rincones de la casa, con el paso del tiempo, experimenta un proceso de transfiguración por el que puede llegar a adoptar la forma de fieles mascotas, cuyo lugar favorito de descanso suele ser la parte baja del sofá u otros recodos de difícil acceso.

3. Si deja de entrar luz por las ventanas, probablemente ha llegado el momento de limpiarlas. Las mejores horas del día para hacerlo son las primeras y últimas, así alargarás la vida de su transparencia.

4. Los cactus también pueden morir de deshidratación. Si la botánica no es tu fuerte, no apuestes por el cactus como acierto seguro. A pesar de haberse puesto de moda, si eres de los que no prestan atención a los pequeños detalles es mejor que, por ahora, tú seas el único ser vivo del que tengas que ocuparte.

5. La ropa no sale planchada de la lavadora.  Si todavía no comprendes los dibujos que adornan la ruleta de este electrodoméstico, seguramente, tampoco hayas comprobado esta afirmación. Como consejo para el futuro, estira al máximo tus prendas antes de colgarlas del tendedor (puedes usar perchas para optimizar esta recomendación) y así evitarás tener que usar la plancha.

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