Quevedo y Góngora siguen odiándose en 2018

Existen en castellano muchos y muy diversos recursos e insultos para interpelar de forma culta, y más cuando eres uno de los poetas del Siglo de Oro y te llevas a matar con el colega de profesión de turno. Tanto, que no solo no disimulas, sino que le dedicas incluso alguno de tus poemas. ¿Un ejemplo? Así burlábase Francisco de Quevedo de Luis de Góngora en la primera mitad de 1600. 

Érase un hombre a una nariz pegado,

érase una nariz superlativa,

érase una nariz sayón y escriba,

érase un pez espada muy barbado.

[...]

Érase un naricísimo infinito,

muchísima nariz, nariz tan fiera,

que en la cara de Anás fuera delito.

Si todavía hay quien piensa que estas palabras pudieran no ser contra el cordobés, el autor tiene, incluso, un 'Contra Don Luis de Góngora y su poesía'. Más claro no podía ser. Pero el aludido tampoco se quedaba atrás y de tal forma respondía Luis de Góngora a tamaña afrenta:

Anacreonte español, no hay quien os tope,

Que no diga con mucha cortesía,

Que ya que vuestros pies son de elegía,

Que vuestras suavidades son de arrope.

[...]

Con cuidado especial vuestros antojos

Dicen que quieren traducir al griego,

No habiéndolo mirado vuestros ojos.

Así, a base de sonetos, uno se metía con la pronunciada nariz de Góngora y el otro, con la deformidad morfológica de los pies de Quevedo. Y, por supuesto, con sus respectivas poesías. Quién comenzase la afrenta no importa (aunque parece ser que fue Quevedo), lo que importa es que comenzó en el siglo XVII, motivada, al parecer, tras coincidir a principios de 1600 en la ciudad de Valladolid, con unos 20 años de diferencia de edad entre sendos artistas por sus diferencias: Quevedo, estudiante con cierta relevancia poética y política; y Góngora, canónigo y con una reputación  literaria marcada. Las rencillas comenzaron con los estilos de su poesía y terminaron con todo lo que pudieron.

Cientos de años después, retomóse el enfrentamiento, en 2016, cuando las nuevas tecnologías, Twitter y unos usuarios con mucho humor decidieron revivir en los 140 caracteres del momento las poéticas luchas de estos dos literatos. Una práctica que, además de trabajarse con esmero, continua en marzo de 2018 y se une a la lista de cuentas 'fake' de personajes públicos en Twitter, como Kim Jong-un o Donald Trump.

Y así es como se presentan en Twitter:

Góngora 2.0 - @Gongora_Revixit

Precursor nato. Regresé pensando que el SXXI sabría valorarme. Todo es culpa de Quevedo, él puso de moda la chabacanería y la ignorancia.

Quevedo 2.0 - @QuebeboVillegas

El Siglo de Oro iba para Diamante pero Góngora nos jodió la nota media. Cojito y miope pero con mucha labia. No me da la gana ser serio.

Arrancábase el pasado 2 de marzo un Góngora 2.0 (puesto que así se hace llamar quienquiera que haya asumido la labor del escritor en Twitter) y, aprovechando el Día Mundial de la Vida Silvestre y su hashtag, arremetía contra su antagonista, Quevedo 2.0:

"Si queréis ver vida silvestre,

mirad entre el pelo de Quevedo"

#DíaMundialdelaVidaSilvestre"

El tuitero, Don Francisco de Quevedo, respondía presto, sin tapujos y en verso:

"A la envidia no das disimulo,

ni a tu Síndrome de Hortaleza,

pues ocultas más pelo en el culo

que en lo alto de la cabeza"

Y, sin demora, atacábale en respuesta, de nuevo, el supuesto Luis de Góngora.

"Nótase en su rima paupérrima destreza.

¿No será que lo de "gran poeta" es solo un bulo?

Más parece, por su estrofa, un vulgar mulo.

Huya del verso y libre a las musas de su torpeza"

Aquí el hilo: 

ni a tu Síndrome de Hortaleza,

pues ocultas más pelo en el culo

que en lo alto de la cabeza. pic.twitter.com/uwxrTOZ7jq

— Quevedo 2.0 (@QuebeboVillegas) 4 de marzo de 2018

Y como estas, unas cuantas, nuevas o recuperadas mediante 'retuits' por los propios afectados:

— Luis de Góngora.

— Quevedo 2.0 (@QuebeboVillegas) 21 de febrero de 2018

¿Quién gana la disputa? En el día a día creemos que quedan en tablas, pero lo cierto es que Góngora tiene 17,7 mil seguidores y Quevedo 37,7 mil... ¡Pero quién los cuenta! Lo que han demostrado es que lo que pasa en el Siglo de Oro... No se queda en el Siglo de Oro.

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