El 'youtuber' que ha llevado a otro nivel el hackeo de 'furbies'... Y quiere el tuyo

Sam Battle, músico e inventor británico, es el creador de la cuenta 'Look Mum no computer' y ha construido un instrumento musical con juguete electrónico más famoso de los años 2000.

Un furby.
Un furby.
Pixabay

¿Hace cuánto tiempo no abrazas a tu 'furby'? ¿Cuánto que no le das de comer? Si todavía tiene pilas tal vez hasta te contestaría si lo sacaras del fondo del armario. Y después del minuto de nostalgia... ¿Qué?

Pues hay quien, a pesar de haber dejado atrás su infancia, ha sabido darle una segunda vida a este peludo muñeco electrónico de ojos grandes y especie animal ambigua, mezcla de búho, ratón, gato y murciélago, que robó los corazones de los niños de la década de los 90 y de los 2000 y que ha seguido evolucionando y comercializándose con el paso de los años. El gran atractivo de este juguete radica en que parece interaccionar con el niño, puesto que está programado para reaccionar a ciertos estímulos como caricias, luz, sonidos o patrones de juegos a través de transmisores de infrarrojos.

Pero también hay quien ha aprendido a jugar de otra forma: los 'hackers', que han conseguido que sus 'furbies' cambien el color sus ojos, cambien sus respuestas o canten tu canción favorita. Y, además, muchos explican cómo hacerlo.

Y entre todos ellos, Sam Battle se lleva la palma. Hace 4 días, este productor, inventor y músico británico, amante de lo analógico y propietario de la cuenta de Youtube 'Look Mom no computer' (Mira mamá, sin ordenador) publicó un vídeo en el que mostraba su última obra maestra, que supera ya el millón y medio de reproducciones y los 42 mil 'me gusta': 44 furbies reseteados, hackeados y conectados a un teclado al que ha llamado 'The Furby Organ', y que responden a las pulsaciones del piano como si fuesen un coro. Un instrumento musical que ha tenido predecesores muy básicos y que, puesto que pese a la simulación, los 'furbies' ni sienten ni padecen, es mucho menos polémico que su mayor homólogo: el órgano de gatos, un instrumento documentado entre los siglos XVI y XIX y del cual Dalí hizo una reconstrucción, cuyo mecanismo basado en un teclado, infligía daño a los animales para que maullasen.

Sin embargo, esta máquina lo máximo que puede producir es estrés a algún oído delicado, puesto que, al encenderse, los 44 'furbies' comienzan a parlotear y hasta que el artista sintoniza las frecuencias del aparato, el ruido puede resultar algo molesto.

Acompañado del habitual sarcasmo y buen humor, Battle muestra a lo largo del vídeo su obra, sus bocetos e incluso interpreta una pieza al órgano de 'furbies', mientras estos emiten los sonidos acordes al tiempo que iluminan sus ojos y pestañean, abren y cierran sus bocas y mueven sus orejas.

Siete años, "mucho dinero"una gran inversión de tiempo en soldadura y "repescando por eBay y hurgando en tiendas de beneficencia por toda la tierra" para conseguir 'furbies' le han costado a Battle este proyecto. Y, aunque está terminado y ya lo ha compartido con todos sus seguidores en Instagram, Youtube y Facebook, junto al vídeo ha incluido un mensaje en esta última red social: "Pst, todavía estoy buscando 'furbies' para más máquinas, así que envíame un mensaje si tienes alguno. Sueño con convertirme un día en el Rey Furby".

Mientras tanto, este enamorado de la electrónica analógica seguirá ampliando su colección de creaciones con otros artilugios, como el 'Solenoid Drum Machine', algo así como un percutor manejado desde una computadora cuyo origen del sonido radica en golpear unas latas; o el órgano lanzallamas en el que puedes cocinar malvaviscos. Ya sabéis, no intentéis esto en casa.

- Ir al suplemento de Heraldo Joven

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión