La miel es uno de los alimentos más utilizados en la cosmética, tanto industrial como artesana. Y es que este alimento posee una larga lista de beneficios para la salud. Por ejemplo, ayuda a regular el sueño, pues el consumo de miel natural puede producir la liberación de melatonina, regulando los estados de sueño y de vigilia. Además de mejorar los problemas de estreñimiento y las funciones cerebrales.

Otra de sus virtudes es que posee acción antibacteriana. Por este motivo se trata de uno de los ingredientes más usados en los tratamientos antiacné, ya que priva a los microbios causantes de las espinillas del ecosistema idóneo para sobrevivir. Además, es un ingrediente muy indicado para la piel seca y sensible, pues es muy nutritiva y regeneradora. Por eso, es muy utilizada en los bálsamos labiales.

Para disfrutar de todas sus propiedades, una buena alternativa es elaborar un bálsamo casero. Esta receta es mucho más sencilla de lo que parece. Para su elaboración se necesitará:

Ingredientes

Una cucharada de cera de abejas. Dos cucharadas de miel. Una cucharada de aceite de oliva. Un recipiente de plástico para guardar el bálsamo. Tres gotas de aceite esenciales (según la preferencia).Lo primero que hay que hacer es derretir la cera de abejas mediante la técnica del baño María. Una vez que se haya fundido la cera de abejas, es el momento de añadir el aceite de oliva, mientras se remueve con una cuchara o espátula. Pasado un tiempo, se añade la miel y se sigue removiendo hasta hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados. Antes de retirar el todo del fuego, se pueden añadir las gotas de aceites esenciales para darle buen aroma. Por último, se vierte el líquido en el recipiente donde se vaya a utilizar el bálsamo. Después se deja enfriar durante más de 10 horas. Una vez se haya solidificado, ya se puede cerrar el bote.

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