Pautas para detectar la adicción tecnológica

Permanecemos continuamente conectados a la red. Nos obligamos inconscientemente a estar en alerta, atentos y dispuestos a todas las demandas y opiniones: mensajes de whatsapp del jefe del trabajo, notificaciones de “me gusta” en tu foto de perfil, correos electrónicos de aviso para el pago de una factura, notificaciones de que ya tienes vidas para jugar al Candy Crush… Y todo eso a la vez que estamos haciendo un trabajo, viendo la televisión o tomando algo en compañía. Hemos cambiado el tractor amarillo por la opción multitarea, que es lo que se lleva ahora. Esto implica unos beneficios, pero también unos riesgos. ¿Sabemos realmente a lo que nos exponemos? La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que una de cada cuatro personas sufre trastornos de conducta relacionados con las nuevas adicciones.

¿Cuándo es un problema?

Veamos, lo primero de todo, la diferencia entre uso, abuso y dependencia.

El uso no es problemático: la persona puede dejar la conducta en cualquier momento. En el abuso, la conducta es desadaptativa: la persona dedica demasiado tiempo a esta conducta problemática y puede ser que abandone otras actividades para dedicarse exclusivamente a esta. Según la Royal Society for Public Health y la Universidad de Cambridge, estas son las redes sociales más perjudiciales para la salud. La dependencia: conducta compulsiva con pérdida de control, es reiterativa y suple con ella carencias emocionales, de distracción, de compañía, etc.¿Soy dependiente?

Definidos los parámetros, ¿crees que puedes tener adicción al móvil? Cuando se establece la dependencia de una sustancia, cosa o situación, podemos decir que esa persona ya es adicta. Necesita esa sustancia, cosa o situación para vivir y antepone eso a todo lo demás. Las características son: una pérdida de control, establecimiento de dependencia psicológica (fuerte deseo y compulsión, un gran malestar si ésta no se realiza y una tolerancia, es decir, esa persona necesita cada vez más tiempo para estar satisfecha), las actividades que antes eran gratificantes ahora ya no tienen sentido y pierden el interés y esa conducta adictiva repercute en varias áreas de su vida; estudios, trabajo, familia, amigos…

Si sientes identificado con esta situación puedes encontrar apoyo y consejo en la Asesoría Psicológica del Cipaj.

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