Cómo arreglar tus pantalones rotos en cinco minutos

Un truco para unirse a la moda de arreglar y recuperar prendas para reducir el consumo.

Cómo arreglarte tú mismo unos pantalones rotos por la entrepierna
Cómo arreglarte tú mismo unos pantalones rotos por la entrepierna

Si eres de los que le cogen cariño a una prenda y la utilizan con frecuencia habrás comprobado que el uso acaba desgástandola mucho antes de lo deseado. La fricción al caminar, el uso frecuente, la calidad de una tela o un tratamiento inapropiado a menudo provocado por el desconocimiento del significado de las etiquetas de la ropa, son los enemigos principales de cualquier prenda, que acaban acortando su esperanza de vida y, en consecuencia, aumentando el nivel de consumo.

Expertos en el tema son todos aquellos que han vivido alguna vez el drama de los pantalones rotos por la entrepierna, en especial, de los vaqueros. Ellos saben bien que no es lo mismo un roto que un descosido, ni que la tela "se nazca" es decir, se deshilache, porque ahí poco hay ya que hacer y, aunque a nadie le parece extraño tener unos vaqueros con agujeros en las rodillas, llevarlos en la entrepierna es un poco más inusual e incómodo.

Pero, como para recuperar la ropa desteñida, para arreglar tus pantalones hay una solución sencilla y, en realidad, seguro que tu abuela la conoce: la fiselina. Este material tiene una textura porosa y se utiliza a menudo tanto para manualidades como para remiendos, en sustitución de la aguja y el hilo.

Cómo arreglar tus pantalones en cinco minutos

El procedimiento es muy sencillo: primero debes darle la vuelta a los pantalones para colocar el pedazo de fiselina por la parte interior de la prenda. Una vez ajustada al tamaño del agujero, plancha la zona para fijar la tela. De esta forma, ya tienes el refuerzo que evitará que el pantalón siga deshaciéndose. Para tapar este arreglo casero puedes coser un parche de tela por encima, jugando con colores y estampados para darle un toque distinto o respetando el color de la prenda, tú decides.

Así que, si consideras que todavía no ha llegado la hora de tus pantalones favoritos y prefieres arreglarlos antes de ir a la tienda a por unos nuevos, solo tienes que armarte de paciencia y fiselina.

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