Con la maleta llena de expectativas

Los empesarios aragoneses están ya de vuelta de Shanghái. Viajaron a China para participar en la Feria Internacional de Importadores, en la que han abierto camino para futuras operaciones comerciales.

Numerosos visitantes de la feria de Shanghái se mostraron interesados por la producción de La Zaragozana.
Numerosos visitantes de la feria de Shanghái se mostraron interesados por la producción de La Zaragozana.
L. Z.

No han vuelto con un contrato comercial bajo el brazo. Pero las diez empresas agroalimentarias aragonesas que han viajado hasta China para participar en la primera Exposición Internacional de Importadores que se celebró entre el 5 y el 10 de noviembre en Shanghai han vuelto «satisfechas» y con una agenda repleta de contactos con los que comenzar a trabajar para ir abriéndose paso en ese inmenso mercado.

Pastas Romero, La Zaragozana, Chocolates Lacasa, Bodegas Aragonesas, Gabarda, Bodegas San Valero, Viñedos y Bodegas Pablo, Amprius Lagar y los grupos cárnicos Jorge y Bopepor -además de la empresa textil Protocolo Novios- han formado parte de la delegación aragonesa, encabezada por el presidente del Gobierno de la Comunidad, Javier Lambán, y los consejeros de Economía y Desarrollo Rural, Marta Gastón y Joaquín Olona, respectivamente, que ha viajado al país asiático con el objetivo de situar a la región en el trazado de la Ruta de la Seda e impulsar las exportaciones.

Y con sus vinos, sus productos cárnicos, sus pastas alimenticias, sus cervezas o sus chocolates, Aragón ha dejado un buen sabor de boca en un certamen cuyas cifras abruman: más de 3.600 empresas participantes, representantes de 172 países, regiones y organizaciones internacionales, más de 400.000 compradores chinos y extranjeros, y miles de negociaciones comerciales que podrían fraguar en operaciones por valor de 57.830 millones de dólares (unos 50.700 millones de euros), según los organizadores. En ese escenario, los productores de la Comunidad han cargado sus maletas con «grandes expectativas», porque ha sido destacado el número de contactos realizados y las interesantes reuniones mantenidas con potenciales empresas socias, algunas de la cuales han mostrado una «especial afinidad».

Algunos de estos fabricantes ya habían hecho hueco a sus productos en el potente mercado del gigante asiático. Para otras, su penetración era testimonial y las hay que aún no se habían lanzado a la conquista de unos exigentes paladares, para los que muchos de los alimentos occidentales son tan desconocidos como exóticos. Pero todas ellas sabían que este mercado no solo es estratégico por su dimensión. También porque puede abrir las puertas a la comercialización en otros países vecinos o incluso en el resto del mundo, porque su desarrollo en el comercio electrónico supone un salto cuantitativo y cualitativo para la producción alimentaria aragonesa. Aunque también es cierto que todos los empresarios que viajaron a China son conscientes de que se trata de un mercado complicado que exige armarse con grandes dosis de paciencia, tanto porque los chinos suele tomarse su tiempo para decidir donde, qué y a precio importan, como porque la cultura gastronómica de sus consumidores está muy arraigada y es muy diferente a los gustos occidentales.

Queda mucho trabajo por hacer, pero los fabricantes aseguran que la presencia en esta Exposición Internacional de la Exportación, a la que llegaron de la mano del Gobierno autonómico y de la empresa pública Aragón Exterior, les ha permitido acortar plazos, con lo que hay firmas que incluso esperan (aunque todavía no hay nada concreto) que en los primeros meses del próximo año sus producciones comiencen a viajar, por primera vez, camino de alguna de las enormes provincias chinas.

Los empresarios aragoneses vuelven de China con muy buenas percepciones comerciales, pero también destacan la magnitud del evento, el espectacular crecimiento que se respira en el país y, especialmente, «su impresionante desarrollo tecnológico».

«Nos ha sorprendido la velocidad a la que están desarrollando infraestructuras tecnológicas de todo tipo», señala Lucas Lacasa, director general de la centenaria chocolatera que lleva el apellido de la familia fundadora. Y para que se comprenda bien su impresión, Lacasa insiste en que «es como si fueran a pasar de ser ‘la fábrica del mundo’ a convertirse en ‘la empresa de servicios y tecnología del mundo’.

«El crecimiento es gigantesco, nos llamó la atención los controles, la seguridad y la avanzada tecnología», reconoce asimismo Nacho Santisteve, director de Exportación de Pastas Romero, que reconoce también que, quizá porque era la primera edición, había cierto desorden en el perfil de los visitantes, desde los grandes importadores a los propietarios de un pequeño comercio.

Hablan con cautela e insistiendo en que es un mercado difícil, pero los empresarios que han viajado a China rezuman optimismo y confían en que el viaje se traducirá en nuevos negocios.

Para el representante de Lacasa la participación en este certamen ha sido «una experiencia interesante». Y no solo por su carácter comercial, destaca su director general, Lucas Lacasa, sino también por el mensaje político que China eligió para su celebración en un momento en el que las relaciones comerciales están salpicadas de amenazas proteccionistas: ‘Nueva era, futuro compartido’. Eso sí, el directivo matiza que «queda ahora por ver cómo se irá traduciendo este mensaje en las operaciones tangibles».

Porque Lacasa ha vuelto de China con grandes expectativas de futuro (comercial). La empresa, que nació en Jaca y que tiene su sede en la localidad zaragozana de Utebo, ha realizado presentaciones en varias empresas, con las que ha allanado nuevos caminos para la exportación. «Con alguna de ellas tuvimos una especial afinidad, por ejemplo con una proveedora cinco estrellas de Tmail llamada BC E-commerce», señala Lacasa.

Y es que la chocolatera quiere explorar este gran mercado, en el que lleva varios años realizando operaciones «con un volumen de negocio relativamente pequeño para el potencial que presenta». Quiere hacerlo, dice su director general, combinando «adecuadamente» todos los canales, pero es cierto que en esta feria ha prestado «especial atención» al canal ‘online’ «por la oportunidad que nos ha brindado Aragón Exterior para acercarnos a empresas de primer nivel en este ámbito», señala Lucas Lacasa.

El atractivo del rojo

La Zaragozana exporta desde hace unos cuatro años algunos de sus productos a «un par de provincias chinas», pero aunque tienen algunos clientes regulares, los volúmenes comercializados son «pequeños». Por eso, la cervecera quiere ampliar horizontes, de ahí que se uniera a la delegación empresarial que viajó a esta feria «tan mediatizada y que abre paso a la internacionalización de China», señala Ivan Bondjema, delegado de Ambar en los mercados asiáticos.

La firma ha vuelto de Shanghai con los objetivos cumplidos. Por un lado quería tener un escaparate en este inmenso mercado para mostrarse como la marca de cerveza más potente de la Comunidad. También pretendía contactar con diferentes perfiles de potenciales clientes chinos.

Bondjema considera que la experiencia ha sido «muy interesante», porque han podido contactar «con clientes de todo tipo», desde mayoristas a pequeños importadores. Y todos ellos «tenían muchas ganas de probar los productos allí expuestos», señala.

Los consumidores chinos conocen bien la cerveza. Es una de las bebidas (tienen marcas propias) más consumidas en el gigante asiático, sobre todo en la poblada parte este del país, aunque con claras diferencias (en lo que a grados se refiere) entre el norte y el sur. Pero el producto zaragozano sorprendió y despertó mucho interés. «Se paraban preguntando qué era, porque no asocian la cerveza a otros países que no sean Alemania», señala Bondjema, que explica que el rojo con el que se presentan las cervezas zaragozanas «los tenía despistados» y, al mismo tiempo, «les atraía mucho, porque este color tiene un significado especial en este país y esta fuertemente relacionado con la suerte».

Pasta para los más pequeños

La pasta alimenticia que Romero fabrica en Daroca (Zaragoza) y exporta a 35 países de todo el mundo también quiere triunfar en China, un mercado en el que no está presente a pesar de su experiencia exportadora en la isla de Macao. Su director de Exportación, Nacho Santisteve, asegura que el resultado de su participación ha sido «en general, positivo». Tanto que, aunque mantiene la prudencia, Santisteve detalla que la empresa podrá comenzar a vender «de aquí a poco». Utiliza constantemente el condicional y reitera que no hay todavía contratos en firme, pero explica que es más que probable que los contactos realizados fructifiquen en breve plazo. «Si todo va para adelante podríamos comenzar a vender nuestros productos en el primer trimestre del año», afirma.

Sin abandonar el tono cauteloso, el directivo asegura que el deseo de Pastas Romero sería poder comercializar las variadas gamas de productos que fabrica, pero reconoce que lo más realista será comenzar con algunas especialidades. «Allí observamos que hay un gran interés por la pasta de colores y la infantil, pero ya veremos lo que pasa», señala Santisteve, que explica que China es un mercado estratégico en el que, sin embargo, no esperan resultados «de manera inmediata».

Y es que queda camino por recorrer, porque aunque los chinos comen pasta, esta tiene poco que ver con el producto occidental, de mayor calidad, prácticamente desconocido en este país, donde solo la han degustado aquellos ciudadano que han viajado a países occidentales. «Lo consideran un producto exótico, que además no saben cocinar porque no tienen recetas para ello», señala el director de Exportación.

Más acostumbrados al vino

Los vinos son, con los productos cárnicos, los alumnos aventajados en la exportación a China. Son varias las bodegas aragonesas que ya tienen una relación comercial estable con este país, lo que explica que el grueso de las empresas aragonesas que participaron en la feria sean empresas vitivinícolas.

Y el viaje ha merecido la pena. Lo explica David Gimeno, responsable de Exportación de Bodegas Aragonesas, de la D. O. Campo de Borja, que hace 10 años «no vendía ni una botella» en el gigante asiático y ahora este mercado -«por el que apostamos firmemente en su momento», señala Gimeno- se encuentra entre los Top 5 de la bodega, con una cuota del 8% y algo más de 500.000 botellas comercializadas.

Pero hay todavía «enormes posibilidades» de crecimiento, asegura el directivo, que explica que el consumidor chino de vino va evolucionando «poco a poco» y valora cada vez más la calidad de los caldos y no se preocupa tanto, como sucedía hasta ahora, por el diseño y el ‘packaging’. «Cada vez hay más demanda de vinos de gama media-alta», señala Gimeno, que añade que, por eso, la garnacha, «cuyo perfil incluye sabores a frutas rojas con un sabor suave en el paladar y un alto nivel de azúcar en la uva», se convierte en una variedad muy apreciada por el consumidor chino, ya que además «marida muy bien con su gastronomía».

Con este viaje, Bodegas Aragonesa ha podido entrar en contacto con empresas y plataformas de comercio electrónico, «un nicho de mercado donde ahora mismo apenas estamos», señala Gimeno. Incluso han llegado más allá, porque la presencia en la feria les ha acercado también a potenciales clientes de Sri Lanka, Malasia y Vietnam.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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