Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Regar el campo con conocimiento

Zaragoza acoge una jornada en torno al regadío con el objetivo de buscar sistemas para reducir el gasto energético y el consumo de agua a la hora de regar los campos.

Los asistentes a la jornada pudieron conocer in situ diferentes sistemas de riego.
Los asistentes a la jornada pudieron conocer in situ diferentes sistemas de riego.
Daniel Isidoro

La previsible escasez de agua, que requiere de un uso cada vez más eficiente de la misma, y la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero son algunos de los condicionantes a los que actualmente se enfrenta, como cualquier otro sector, el sector agrario. Además, los productores de zonas de regadío se enfrentan a otro problema, según denuncian desde el sector: el aumento «espectacular» de los costes energéticos, que «hace peligrar» la sostenibilidad económica de las inversiones realizadas en modernización de sistemas de riego, lo que hace «imprescindible» recurrir a nuevas fuentes de energía o métodos de riego con un menor consumo energético, que permitan reducir los costes de explotación.

Con el objetivo de presentar alternativas y soluciones a esta situación del regadío la Asociación Interprofesional para el Desarrollo Agrario (AIDA-ITEA) organizaba esta semana una jornada en Zaragoza, que reunía a casi una treintena de técnicos del sector. Su coordinador, el investigador del CITA Daniel Isidoro, denunciaba que «las tarifas hasta 2010 eran bastante adecuadas, pero tras incentivar al sector a que invirtiera en modernización, resulta que los agricultores están pagando cada vez más por la energía». «Es necesario reducir la factura eléctrica», asevera.

El uso de sistemas de riego alimentados por energía solar, riegos por goteo subterráneos o instalaciones de tuberías laterales, son algunas de las alternativas que ya están empezando a penetrar en el sector y que se analizaron durante estas jornadas organizadas por AIDA-ITEA.

Así lo puso de manifiesto el portugués Isaac Carrelo, investigador de la Universidad Politécnica de Madrid, quien explicó los resultados de un proyecto de sistema de riego fotovoltaico de alta potencia. Carrelo aseguró que «la viabilidad tanto técnica como económica de estos sistemas está más que demostrada ya que los meses en lo que es necesario bombear mayor cantidad de agua, son los meses en los que hay más energía solar disponible». Además, destacó que, aunque cada sistema instalado se personaliza en función de las condiciones de cada explotación, los ahorros en coste de energía «pueden alcanzar el 70%».

Manuel Aguilar, investigador del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de la Junta de Andalucía, dio a conocer los resultados de dos ensayos con diferentes sistemas de riego sobre cultivo de maíz. Sobre uno de los cultivos se llevó a cabo un sistema de riego precario (dos o tres riegos durante la temporada) y en el otro se aplicó un sistema de riego convencional (con ocho o nueve riegos en el mismo período). El resultado, explicó Aguilar, es que «si bien la productividad global del riego convencional es mayor, el número de litros de agua por kilo de maíz es menor en el sistema de riego precario, por lo resulta más eficiente».

Asimismo, Aguilar incide en el «significativo ahorro» que supone la implementación de sistemas de riego por goteo subterráneo. Se trata de una técnica que ya se aplica en cultivos de frutales y que, cada vez más, empieza a llegar a los campos de cereales.

Además de una intensa mañana de ponencias, el programa de la jornada contó con una importante práctica, con visitas a la Comunidad de Regantes de Almudévar, las instalaciones de bombeo fotovoltaico de Torre de Baños, en Caspe, y la visita a la parcela experimental que la Confederación Hidrográfica del Ebro tiene en La Melusa, donde los asistentes a las Jornadas pudieron conocer ‘in situ’ un sistema de riego enterrado.

Multiplicar el conocimiento

El presidente de AIDA, Juan Antonio Marín, lamentaba durante la apertura que «el agua cada vez va a ser más escasa y la energía cada vez más cara», por ello, instaba a los investigadores a desarrollar conocimientos «con un enfoque práctico y aplicado».

En parecido sentido se expresaba el director gerente del CITA, José Antonio Domínguez, quien incidió en que el éxito de la jornada vendría «de la mano del efecto multiplicador de la transmisión de conocimientos a las comunidades de regantes». Abogó por «trabajar para resolver los problemas y crear oportunidades para el sector».

Por su parte, el director del Instituto Agronómico del Mediterráneo (IAMZ), Javier Sierra, puso el acento en las «tensiones hídricas» por las que atraviesa el arco mediterráneo, por lo que incidió en crear conocimiento sobre el terreno y darle proyección internacional. «China, como hace con EE. UU., empieza a reconocer a España como uno de los países más avanzados en esta materia», dijo.

Medio siglo de desarrollo agrario

La Asociación Interprofesional para el Desarrollo Agrario (AIDA), organizadora de esta jornada, cumplía medio siglo de vida en 2017. Nacida bajo el amparo del Campus de Aula Dei, mantiene una estrecha relación con el Instituto Agronómico del Mediterráneo (IAMZ) en cuya sede organizan cada año, esta fue la edición número 46, sus jornadas técnicas. De forma alternativa se dedican cada año a un aspecto relativo a la producción animal o de producción vegetal.

AIDA nació como un instrumento para facilitar la difusión y el intercambio de conocimientos, para dar ayuda profesional entre los asociados, así como contribuir al avance científico y técnico del sector agrario. Cuenta con unos 300 socios en España.

AIDA edita la revista ITEA-Información Técnica Económica Agraria, que aparece indexada en las bases de datos de revistas científicas más importantes (SCI Expanded, Journal Citation Reports/Science Editions, ICYT, CABI y Scopus).

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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