Heraldo del Campo

Javier Lorén: "Hasta hace algunos años, en España, la agricultura era el 'patito feo' de los sectores económicos"

El presidente del Consejo General de Colegios de Ingenieros Técnicos Agrícolas acaba de ser reelegido con un amplio apoyo de sus miembros.

Javier Lorén, presidente del Consejo General de Colegios de Ingenieros Técnicos Agrícolas.
Javier Lorén, presidente del Consejo General de Colegios de Ingenieros Técnicos Agrícolas.
Oliver Duch

Reelegido recientemente como presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Técnicos Agrícolas, el aragonés Javier Lorén, natural de La Almunia de Doña Godina, es Ingeniero Técnico Agrícola y Doctor por la Universidad de Zaragoza en Ciencias Agrarias y del Medio Natural. Actualmente ejerce como profesor en la Escuela Universitaria Politécnica de La Almunia. Hasta 2014, también presidió el Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Aragón.

¿Cuáles son los retos a los que, actualmente, se enfrenta el organismo al que representa?

Tenemos unos cuantos por delante. Uno de ellos es la mejora y ampliación de los servicios que prestamos a nuestro colectivo, que está formado por 18.000 colegiados distribuidos por todo el país y concentrados en 26 colegios. Otro es trabajar más cerca de las instituciones, sobre todo con el Ministerio de Agricultura. Además, nos empleamos en tener una parte más activa dentro del Instituto Nacional de Graduados en Ingeniería e Ingenieros Técnicos de España (Ingite) y también dentro de Unión Profesional, que aglutina a todos los colegios del país. En lo que se refiere al colegiado, queremos mejorar aquello que estamos haciendo: formación continua, creación de una plataforma de empleo unificada...

¿Cómo ha cambiado el escenario en los cuatro años que lleva en el cargo?

En los últimos cuatro años, ha habido una evolución clarísima en las exportaciones. Han mantenido una línea de incremento, lo que supone un desarrollo en tecnología y en técnica, y esa es la parte que nosotros, los ingenieros, ponemos a disposición de agricultores, ganaderos y también de la industria agroalimentaria. A nivel de Consejo, hemos intentado visibilizar nuestra profesión a través de distintas actividades. Si de algo nos tenemos que sentir orgullosos los miembros del equipo que hemos estado trabajando al frente de esto es de que sí que hemos conseguido una parte de ese esfuerzo. Además, estamos intentado crear una alianza agroalimentaria a nivel nacional, algo que ya se alcanzó en Aragón y de cuyo nacimiento también formé parte. Si vamos unidos, conseguiremos muchas más cosas para el sector.

¿Cuál es la radiografía, a día de hoy, de la situación del campo español?

La radiografía es compleja, como los aspectos climatológicos. El año pasado tuvimos una sequía atroz y este está siendo muy húmedo. Sobre los cultivos y la rentabilidad, en Aragón, el sector porcino está tirando muy fuerte en inversiones. En términos generales de producción, podemos decir que es un buen año y, en cuanto a la rentabilidad, creemos que también va a serlo.

¿Cómo puede este sector atraer a los jóvenes?

La atracción de los jóvenes al campo tiene algunas dificultades. La primera es el acceso. Para entrar en el mundo de la agricultura de cero, las inversiones que hay que hacer son enormes. Después, los bancos de tierras no han funcionado bien hasta ahora. En gran medida, los que se incorporan al campo son herederos de agricultores que se jubilan. Aún así, los esfuerzos que ha hecho la administración están empezando a darsus frutos. Es un proceso que tendrá que continuar, porque van a hacer falta más jóvenes. De hecho, ha habido un cambio. Hasta hace algunos años, la agricultura era el ‘patito feo’ de todos los sectores económicos del país y desde que se comunica y se conoce que esta actividad está creciendo, se está viendo más atractiva, a pesar de las dificultades. La tecnología también está permitiendo que el trabajo sea más liviano de lo que lo era antes.

¿Cuál es el papel de la Ingeniería Técnica Agrícola en la sociedad?

Dar servicio a los agricultores, ganaderos y a la industria agroalimentaria y contribuir a asegurar que el ciudadano tiene a su disposición alimentos, que estos son de calidad, y que su estado sanitario es el adecuado.

¿Con qué objetivo cumplido le gustaría finalizar esta etapa profesional?

Me gustaría avanzar en que las cuatro profesiones dedicadas al campo –ingenieros técnicos agrícolas, forestales, de montes y agrónomos– estemos haciendo cosas en común, que nuestra plataforma de empleo esté muy activa y anime a los colegiados, que las relaciones con las instituciones sean todavía mejores y que los jóvenes se incorporen a los colegios profesionales, hacia los que existe un cierto grado de desafección. Por eso, vamos a incrementar el esfuerzo por enseñarles para qué sirven y qué pueden hacer por ellos.

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