Heraldo del Campo

"Hay que contribuir para que los pueblos pequeños no desaparezcan"

Los dos últimos vinos que ha producido la bodega Palmeri Sicilia, de Tabuenca, han obtenido dos medallas de oro en el Concurso Garnachas del Mundo.

Jesús David Cuartero y su hermano Eduardo, en su bodega de Tabuenca.
Jesús David Cuartero y su hermano Eduardo, en su bodega de Tabuenca.
Laura Uranga

En el año 2009, Jesús David Cuartero llegó a Sicilia para desarrollar su trabajo como enólogo en una bodega de la zona llamada Tenuta Palmeri. Pensaba quedarse unos meses, los suficientes para vinificar la cosecha de aquella temporada, pero el lugar le conquistó y volvió año tras año.

En 2012, el propietario de la empresa, un suizo que responde al nombre de Ulrich Breitschmid, viendo su manera de trabajar y el resultado que obtenía con sus vinos, le propuso un reto: construir una bodega en España.

En aquel momento, Jesús David no se hubiera imaginado que el proyecto iba a funcionar tan bien, pero, lejos de pensar que este reto no estaba a su alcance, dijo que sí porque tenía muy claro dónde se ubicaría. El lugar era Tabuenca, su pueblo natal, integrado en la denominación Campo de Borja, conocida en todo el mundo por abanderar ‘El Imperio de la Garnacha’.

Un sueño que tomó el nombre de Palmeri Sicilia y que este año les ha dado grandes satisfacciones: sus dos últimas añadas Navalta 2014 y Navalta 2015 se han hecho con dos medallas de oro en el prestigioso Concurso Garnachas del Mundo, siendo una de las bodegas más pequeñas del mundo en conseguir este doblete con el 100% de su producción.

«Siempre soñé con que las nuevas instalaciones se iban a levantar sobre las huellas de la antigua bodega de mi bisabuelo Luis. Durante este tiempo, tanto mis hermanos Rafael y Eduardo, como yo, hemos invertido mucho esfuerzo y mucho trabajo porque hacer crianzas no es tarea fácil. Vendimiamos para la bodega por primera vez en 2012 y empezamos a recoger los frutos en 2015. Son tres años de no ganar ni un solo euro y destinar mucho dinero, pero sabíamos que iba a funcionar y así lo estamos viendo con los premios y con el volumen de ventas que estamos consiguiendo», señala Jesús David mientras recuerda que la producción ronda las 18.000 botellas y sigue aumentando.

Su ambición es que la bodega sea un referente no solo de la Denominación de Origen Campo de Borja, sino del resto de España y del mundo. También sueña con que algún día, sus dos hijos y sus sobrinos continúen con este trabajo que les ha permitido vivir en su pueblo y generar riqueza en este rincón de la provincia de Zaragoza. «Para mí es muy gratificante ver que los grandes expertos del mundo han sabido valorar y apreciar nuestros vinos, pero lo más importante es que estamos consolidando un proyecto de futuro en nuestro pueblo y contribuyendo de alguna manera a que núcleos rurales tan pequeños como el nuestro no desaparezcan», apunta mientras brinda con su vino por un futuro lleno de buenas noticias.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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