Heraldo del Campo

Europa tiene un plan para salvar las abejas

El Parlamento Europeo propone que se prohiban los pesticidas dañinos, se endurezcan los controles sobre la miel importada y se incrementen las ayudas a los productores.

Un apicultor aragonés muestra un panal con numerosos ejemplares muertos, supuestamente por la contaminación por pesticidas.
Un apicultor aragonés muestra un panal con numerosos ejemplares muertos, supuestamente por la contaminación por pesticidas.
J. Blasco/ha

La preocupación por la supervivencia del sector apícola recorre los escaños del Parlamento Europeo. Quizá sea que, por fin, han escuchado las advertencias de los productores, que llevan años denunciando la crítica situación de esta actividad. Quizá sea porque comienzan a temer que los compuestos químicos, las especies invasoras como la avispa asiática, las agresivas plagas como la varroa, o la competencia desleal de las producciones que llegan del gigante asiático... terminen por poner fin a una especie de la que depende el futuro de la humanidad, a tenor de esa frase atribuida a Albert Einstein, con la que se advierte de que «si las abejas desaparecieran de la faz de la Tierra, a los humanos solo les quedarían cuatro años de vida».

Sea por lo que sea, lo cierto es que los eurodiputados han dado el visto bueno, con una abrumadora mayoría de 560 votos a favor, 27 en contra y 28 abstenciones, a una resolución con la que llamar a las puertas de la UE y de los Estados miembros con el fin de que tomen las medidas necesarias para proteger la salud de las abejas, combatir la adulteración de la miel y apoyar a los productores.

Freno a los pesticidas

«La UE necesita una estrategia a largo plazo y de alcance para mejorar la salud de las abejas y favorecer la repoblación», señala el Parlamento, preocupado especialmente en la alta mortandad de estos pequeños insectos que llevan 30 años desapareciendo sin que se sepa al cien por cien por qué.

Ante esta situación, el Parlamento Europeo propone programas de cría para reforzar su resistencia a especies invasoras como el ácaro varroa destructor, la avispa asiática y la loque americana. Pide más investigación para el desarrollo de medicamentos innovadores así como ampliar su disponibilidad. Plantea la prohibición de todos los pesticidas con efectos negativos científicamente probados sobre la salud de las abejas y, en consecuencia, la disponibilidad de los productores a alternativas más. También exigen alertas anticipadas sobre los periodos de fumigación para evitar así dañar a las abejas.

Más apoyo al productor

Los eurodiputados también están preocupados por la falta de rentabilidad de las explotaciones apícolas, una dificultad que obliga a muchos productores a echar el cierre. Por eso, recuerdan a la Unión Europea la conveniencia de incrementar un 50% el presupuesto para programas nacional de apoyo. Piden además que se pongan en marcha mecanismos específicos para asistir en los productores apícolas a partir de 2020, y reclaman, asimismo, que se contemplen suficientes partidas como para compensar a los ganaderos en caso de que sufran pérdidas en sus colonias de abejas.

«Las autoridades nacionales deben hacer más para informar al público, y especialmente a los niños, sobre los beneficios de la miel y los usos terapéuticos de otros productos apícolas», señalan los eurodiputados.

Lucha contra falsificaciones

Los productores llevan años denunciando la competencia desleal que supone la entrada de mieles de terceros países que no cumplen los elevados estándares que se exigen a los elaboradores comunitarios. Haciéndose eco de sus reivindicaciones, los europarlamentarios defienden la necesidad, ya no solo de armonizar los controles fronterizos y dentro del mercado interior y endurecer las exigencias de trazabilidad, sino también de realizar test de calidad a toda la miel que llegue a territorio comunitario. Para aquellas producciones que no cumplan los elevados requisitos europeos el Parlamento está a favor de imponer «sanciones más duras y pruebas de laboratorio más efectivas».

La UE produce en torno a 200.000 toneladas de miel al año, una cantidad solo superada a nivel mundial por China. Rumanía, España y Hungría son los principales productores de la Unión Europa, pero su producción no cubre la demanda, por lo que los socios comunitarios compran en el exterior la misma cantidad de miel que producen, unas 200.000 toneladas anuales, que llegan fundamentalmente de China, Ucrania, Argentina y México.

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