Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Antonio Alot: "El sector de la industria de maquinaria agrícola de Aragón necesita más formación cualificada"

Las empresas fabricantes de maquinaria trabajan para conseguir llegar al agricultor en el momento exacto en el que surge su necesidad.

Antonio Alot es el presidente del Clúster de Maquinaria Agrícola de Aragón.
Antonio Alot es el presidente del Clúster de Maquinaria Agrícola de Aragón.
Esther Casas

Un total de 31 pequeñas y medianas empresas del sector de la maquinaria agrícola y seis organismos reguladores (Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza, Cámara de Comercio de Zaragoza, Feria de Zaragoza, Instituto Tecnológico de Aragón, Fundación Aula Dei, Federación de Empresarios del Metal de Huesca) constituyen el recientemente creado Clúster de Maquinaria Agrícola de Aragón.

La 40 edición de FIMA fue el marco elegido para su presentación. Esta agrupación busca potenciar la actividad de las pymes del sector y facilitar la comercialización de sus productos tanto en España como fuera de nuestras fronteras. Además, quieren pasar de las 31 actuales a un total de medio centenar de empresas integradas.

El sector de la maquinaria agrícola cuenta en Aragón con 263 empresas que generan casi 2.400 empleos y facturan unos 360 millones de euros anuales, lo que supone algo más de un punto porcentual del producto interior bruto de la comunidad autónoma. Las empresas del clúster cuentan con más de un millar de empleos y totalizan una facturación de 128 millones de euros.

A pesar de ser un clúster de reciente creación, ya trabajan en la elaboración de un plan estratégico, que tiene sus principales pilares en la I+D+I, la internacionalización, la formación, y la financiación a los proyectos empresariales. Además desde el Clúster ya se están desarrollando dos acciones concretas con países europeos para iniciar relaciones comerciales.

El Clúster de Maquinaria Agrícola se incorpora a la docena de clústeres ya existentes en la comunidad y que aglutinan a empresas de sectores clave para la economía aragonesa como la logística, la automoción, la agroalimentación o el turismo de montaña, entre otras.

Antonio Alot es el presidente de esta recién creada agrupación de empresas. ¿Cómo surge el Clúster de Maquinaria Agrícola de Aragón?

El clúster surge a iniciativa de las empresas del sector que lo propusieron a la Federación del Metal de Zaragoza. Había habido tres intentos anteriores que no fructificaron, pero hemos llegado a un momento en el que las 31 empresas que lo componemos, todas ellas pequeñas y medianas empresas, llegamos al convencimiento de que necesitábamos trabajar y avanzar juntos.

Hubo tres intentos anteriores que quedaron frustrados. ¿Por qué ha sido tan complicado concluir su creación?

Creo que hay varias razones. En primer lugar la falta de convencimiento real de la necesidad de crear una agrupación de este tipo. Por otro lado, en los intentos anteriores se implicaron empresas de sectores diferentes al de la maquinaria agrícola, con otras necesidades y dinámicas.

Entonces… ¿no se plantean abrir el clúster a empresas de otros sectores?

Sí que nos lo planteamos y serán bienvenidas, pero en el arranque estamos las empresas de maquinaria agrícola, los ‘herreros’ como yo los denomino. Queremos seguir el modelo del clúster catalán, Femac, que arrancó hace dos décadas y ha ido incorporando paulatinamente a empresas de otros sectores.

¿Cuáles son las primeras iniciativas concretas en las que van a comenzar a trabajar?

Estamos ya trabajando en dos proyectos de exportación: una misión comercial en Serbia que tendrá lugar en abril y el establecimiento de un centro regulador en Rumanía, para exponer maquinaria aragonesa allí.

¿Es la internacionalización el principal objetivo?

La internacionalización es uno de los objetivos principales, pero otro igual de importante es la innovación. Hay que pensar juntos para adaptar las máquinas a las nuevas homologaciones y a los nuevos desarrollos. La agricultura 4.0 ya está aquí y es necesario digitalizar nuestras máquinas.

Otro de los aspectos que queremos trabajar es la falta de formación cualificada en las empresas de fabricación. La mayoría de ellas son empresas ubicadas en el medio rural que carecen de personal cualificado en ámbitos clave como la calderería, soldadura, el montaje de hidráulicos. Es necesaria formación técnica en la fabricación de las máquinas. Si vendemos más unidades pero no tenemos quien nos las fabrique en casa, tenemos un problema.

¿Cómo debe ser la maquinaria agrícola del futuro?

Las nuevas máquinas deben tener la eficiencia agronómica y la calidad como razones de su creación y uso. Esto pasa por fabricar máquinas con un componente tecnológico cada vez más elevado, la mejora tecnológica, electrónica, informática y en el campo de las comunicaciones debe ser continua. Además deben contar con soluciones mecánicas competitivas. Es decir deben ser capaces de adecuarse a las dimensiones y características de las explotaciones agrarias y a las necesidades de sus usuarios.

Y todo ello teniendo siempre presente el cuidado y protección del medio ambiente, minimizando el impacto sobre el suelo y el paisaje y favoreciendo la reducción en los tratamientos de químicos y el uso más eficiente posible del agua.

Asimismo, desde el clúster queremos impulsar la renovación de la maquinaria antigua y su sustitución por nuevas máquinas mucho menos contaminantes y mucho más seguras para los propios agricultores.

¿El sector es consciente de que esa digitalización es esencial para su desarrollo?

En el mercado ya hay tractores autónomos. Y este tipo de tractores necesita conocer qué está haciendo el apero para poder transmitir esa información al agricultor. Si el tractor no recibe la información de la máquina, el agricultor no sabe lo que está pasando en su campo.

¿Qué ventajas tiene para las empresas pertenecer al clúster?

Por ejemplo, en las pymes no suele haber una persona dedicada en exclusiva a la innovación. Queremos saber qué tipo de máquina necesita el agricultor para que el ITA pueda desarrollarla y, a la vez, orientar a la pyme para que pueda fabricarla. Si somos capaces de integrar ese flujo de información y ese proceso productivo, será muy beneficioso para las empresas del Clúster.

Ahora nos vamos adaptando a lo que nos piden los clientes, pero para cuando una pyme llega a ese punto, las multinacionales ya llevan un haciendo produciendo la maquinaria que satisface la necesidad de los agricultores. En ese momento la empresa pequeña pierde cuota de mercado y ya no es innovadora, porque va a remolque de la multinacional. Hay que conseguir llegar al agricultor en el momento exacto en el que surge su necesidad.

¿Cómo ve el sector de la maquinaria agrícola en general?

El fenómeno más importante que hemos vivido en los últimos años es un cambio de cliente. Se está produciendo un relevo generacional con la incorporación de agricultores jóvenes, bien porque siguen la actividad de sus padres o bien porque son personas que han vuelto a los pueblos porque no soportaban más vivir en la ciudad.

Estas nuevas generaciones reclaman una digitalización y una mayor especialización. Este agricultor mide y analiza todos los datos con mucha más profundidad que antes. Estos datos permiten labores de trabajo mucho más efectivas y eficientes.

Perfil

Antonio Alot es el gerente de Arados Fontán, la empresa adquirida hace unos años por Talleres Alot, una empresa fundada en 1970 y en cuyas instalaciones de Alfajarín (Zaragoza) produce chasis para excavadoras y para los tractores que arrastran los aviones en los aeropuertos, rotores de aerogeneradores o utillajes para la industria aeronáutica. Además, fabrica piezas y estructuras para el sector nuclear, el agrícola o incluso para escultores.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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