Heraldo del Campo

«Nuestro reto es revolucionar el mundo del aceite de oliva»

Las arbequinas de Rosalía, empresa de Ilche, en Somontano de Barbastro (Huesca), comercializa una variante sólida del aceite de oliva virgen extra.

Juan Mariño en su finca de olivos de Ilche, en la comarca de Somontano de Barbastro.
Juan Mariño en su finca de olivos de Ilche, en la comarca de Somontano de Barbastro.
Las arbequinas de Rosalia

Cuando en el año 2003 Juan Mariño decidió plantar los primeros olivos de su finca, en el municipio oscense de Ilche, lo hizo llevado por un pensamiento romántico, el de una persona que sueña con elaborar un aceite diferente al que él podía encontrar en el mercado: más intenso, con más cuerpo y con un sabor que le recordara a los aceites de antaño.

Con este pensamiento, decidió plantar 4.000 olivos, en apenas cuatro hectáreas de terreno, en Monesma de San Juan, en la comarca de Somontano de Barbastro. Una producción intensiva que le ocupaba poco tiempo y que le permitía seguir con su trabajo habitual, ya que no era agricultor.

Al recoger sus primeros frutos, en la temporada 2008-2009, Mariño se dio cuenta de que el mercado del aceite de oliva era muy competitivo y hacer un producto de calidad resultaba tan caro que era difícil competir con lo ya existente. Pero, lejos de venirse abajo, Juan decidió seguir apostando por la calidad, pero dándole una vuelta de tuerca a su idea inicial. «Mi reto era diferenciarnos del resto de productores y decidí innovar con el aceite de oliva virgen extra y comercializarlo como un producto solido, de manera que pudiéramos abrirnos a otros mercados, como los países nórdicos, donde no consumen aceite habitualmente porque están acostumbrados a otro tipo de cremas y margarinas», apunta.

Con este objetivo en la cabeza, y pensando en este formato, se puso en contacto con la Facultad de Veterinaria de Zaragoza con el fin de que examinaran su nuevo producto. «Ellos me recibieron con mucho respeto e incorporaron mi idea al vagón de sus proyectos. En 2012, conseguimos ayuda para poder hacer un estudio con ratones humanizados y después de muchos ensayos se llegó a la conclusión de que nuestra formulación sólida, que es una mezcla de aceite y grasa de cacao, tiene los mismos ácidos grasos y cualidades que el líquido, lo único que cambia es el ácido esteárico», remarca.

Con estos datos en su bolsillo comenzaron la comercialización y hoy en día este aceite (www.lolivea.com) se vende en un tarro de vidrio de unos 200 gramos, y se está comercializando en tiendas de Aragón y otros rincones de España y también de Francia.

«Nuestro reto es revolucionar el mundo del aceite y ofrecer una alternativa al uso de margarinas y mantequillas. Nosotros no queremos denostar nada, sino crear un alimento nuevo, una nueva forma de utilizar el aceite», concluye.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión